miércoles, 18 de septiembre de 2019

A todo volumen

Pongámonos en situación. 11S, y no me refiero a las celebraciones en EEUU por los atentados de las torres gemelas, porque allí y en cualquier lugar del mundo donde se tenga memoria histórica de verdad, y no la payasada que tenemos aquí, estos actos serían para disfrutarlos y para honrar a los muertos. Pero no, aquí en esta deliciosa España suicida y olvidadiza de lo que quiere, el 11S tiene otro trasfondo, otro matiz que sólo algunos entienden, y esos son los independentistas catalanes. Y les voy a poner un ejemplo clásico. Todos los años, en ese día tan especial para los independentistas catalanes (ojo al matiz), se le hace una ofrenda florar a un tal Rafael Casanova, que es un personaje idolatrado por este movimiento independentista por su papel en no se sabe qué Guerra de sucesión. Justo cuando el presidente o la marioneta de esa cosa conocida como independentismo catalán, que fíjese usted qué casualidad, también es el presidente de la Generalidad de Cataluña el conocido como Quim Torra, iba a depositar las flores ante la estatua de ese tipo conocido como Rafael Casanova, y sonando els Segadors, himno oficial catalán (o eso creo), un estruendo solapó el tinglado independentista. Al darse cuenta de ese estruendo, los políticos independentistas catalanes, se percataron de que el estruendo venía de la ventana de un hotel cercano, y ese ruido tan alto, era ni más ni menos que el Himno español. Sí señor, con dos cojones. Imaginen ustedes las caras de los gobernantes independentistas catalanes, sólo imagínenselo, tenía que ser la de un cochino con estreñimiento. El himno nacional español sonó durante varios minutos, hasta que los responsables del hotel, en una acción aplaudida por los independentistas, les cortaron la luz de la habitación, y además les exigieron que se fueran, pero porque estas personas tenían las habitaciones pagadas, pues tuvieron que hacer acto de presencia los mossos de escuadra, que pusieron un poco de orden (a favor independentista, claro está) e identificaron a estas personas españolas. Las reacciones no se hicieron esperar y como no podía ser de otra manera, los independentistas arrogantes y gandules, a través de la consejera de Presidencia, la conocida como Meritxell Budó, censuró el incidente, que definió como “INCÍVICO Y LAMENTABLE”, además de una muestra de “FALTA DE SENSIBILIDAD Y DE RESPETO HACIA OTRAS SENSIBILIDADES”, es decir, probaron su propia medicina y les sentó mal. Por ese motivo, y viendo el panorama que se les presenta a los que pusieron el himno español, el líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, asistencia jurídica, si fuera necesario, a los dos identificados por los Mossos. En Twitter, Fernández se ha quejado de que una cacerolada en un acto organizado por el PP se enmarque en la “libertad de expresión” y, en cambio, poner el himno español se considere “alterar el orden público”. Cabe recordarle, que vive en un país de desgraciados y de oportunistas, sólo eso. España, año 2019. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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