miércoles, 26 de febrero de 2020

Apretar, dice

Muchas veces, cuando leo las cosas que nuestra chusma política dice, y en los periódicos se hacen eco, pienso que nuestros políticos conocen drogas mejores, porque sino, las barbaridades que sueltan no serían soltadas. Y he aquí un ejemplo de lo que digo. Lo leí en un periódico de tirada nacional mientras desayunaba en el bar de mi amigo Pacorro, el cual compra la prensa diaria y variada para que sus parroquianos e incluso los que no lo son, se culturicen porque leen, se informen ya que leen la prensa y vomiten gracias a la prensa que leen, aunque el daño colateral de hacer eso, suponga en esta España salchichera echar la pota. Resulta que Pablo Iglesias, que es vicepresidente del gobierno de España, y pastor de la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anima a las organizaciones agrarias a “SEGUIR APRETANDO” apostillando con “LLEVÁIS RAZÓN”. Hasta ahora son sólo buenas intenciones. Pero Pablo Iglesias, se debe de dar cuenta de que ahora es vicepresidente del gobierno de España, aunque se tome el país a risa, y que debe de olvidar mientras conserve el cargo, que aunque siga siendo revolucionario de corazón, ahora no puede serlo por educación y por el puesto que ocupa. Mezcla las cosas, y eso no está bien visto ante la sociedad ni ante ninguna institución que pretenda tomarse en serio este país. Lo que los agricultores reclaman, son soluciones y no ánimos de un revolucionario de corazón, que ahora es, como he dicho anteriormente, vicepresidente de este país de pacotilla el cual hace que al que se le ocurra salir de viaje, lo haga con la dosis de vergüenza añadida de quien está en el extranjero y comprueba que lo miran a uno con lástima, como súbdito de un país de fantoches, surrealista hasta el disparate, y que hará posible que las personas con las que te puedas juntar, acompañen a uno en el sentimiento. A Pablo Iglesias, me da a mí la sensación que el gobernar se le ha quedado grande, o él se encuentra empequeñecido por las personas que llevan años gestionando estas situaciones desde cualquier puesto de cualquier ministerio, o él se da cuenta que le están comiendo el bocadillo sin que él pueda hacer nada, o simplemente quiera apuntarse las medallas de las posibles soluciones que se avecinan en un futuro no muy lejano, y prefiere estar él sentado en la silla. Vamos como los sindicatos (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo), que yo no sé qué pintaban en la reunión de los agricultores, cuando deberían de haber estado los representantes de las organizaciones agrarias. Pero aquí todo el mundo quiere chupar y colgarse las medallas aunque sea sin hacer nada, como es el caso y estos oportunistas sindicalistas, se las quieren colgar con el sacrificio de los demás e incluso después de decir lo de los señoritos arcaicos terratenientes de derechas. En fin, soluciones es lo que piden y no fotos ni ánimos, a ver si se enteran de una vez. España, año 2020. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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