jueves, 24 de febrero de 2022

Se hunde

El PP se hunde. Los cargos van por allí y la gente va por allá. Faltan buenos pastores y hasta el mejor mastín muerde la mano de su amo si lo muele a palos. A falta de pan, buenas son tortas e Isabel las reparte como hogazas de pueblo. El mismo que la aclama y la agradece su trabajo y el de todos juntos levantando Madrid y España. Primero el gallego dijo que se fueran, y así lo hicieron. Después en 2018 pidieron que volvieran y que comprendieran la situación y el nuevo escenario político, después de que Rajoy abandonara el barco dejando el partido como un erial. Más tarde se conformaron con un recién llegado a la presidencia que se presentó con un discurso basado en la engañifa del liberalismo que cura todos los males y de remate, volvieron a pedir otra vez que fueran compasivos y lo volvieron a arropar, mientras gran parte de la gente se nos iba a chorros a la escisión hermana. En Abril de 2019 ellos solos se cayeron con todo el equipo y pretendieron hacer sentir culpables a todo votante por haber fundado y reflotado a VOX. Gracias a los incompetentes ajenos y por los desencuentros entre Sánchez y Rivera (¡Con Rivera, NO!), en primer lugar, y después con el abrazo de Sánchez a Iglesias, se volvió en noviembre del mismo año para echar otra vez una mano arrojando otro salvavidas para reflotar al Titánic, aun no confiando ya en la nueva dirección. Después se siguió comprobando como la fuga de votantes seguía aceleradamente su buen ritmo hacia VOX, tapándose el escándalo con los tránsfugas que llegaban de Ciudadanos a los cuales (para más cachondeo) se recibía con los brazos abiertos ofreciéndolos cargos (Fran Hervías, Toni Cantó, Sergio Bravezo, Lorena Roldán, etc, etc…), volviendo de esa forma a ningunear al ala conservadora. Dos años después y con los de Ciudadanos reducidos a la mínima expresión, se puede asegurar que los que han llegado del invento naranja son casi los mismos que los que se han ido al invento verde. Hoy “tragacionistas” de toda condición echan en cara que hayan salido a la calle (echados al monte, dicen ellos), a manifestarse contra Casado y no contra Sánchez por sus fechorías, como si ellos lo hubieran hecho en alguna ocasión. La gente de derechas (no los ultras, que es otra cosa) afortunadamente tiene unos valores y se rigen por unos principios que impiden salir a quemar la calle, pese a que a los sorprendidos académicos les gustará mucho que así lo hicieran para después poder acusar de “trumpistas”. La gente de izquierdas no sólo no respeta las jornadas de reflexión sino que queman contenedores y rodean los congresos haciendo caso a sus líderes que los agitan desde las redes anunciando alertas antifascistas. Y se dejan gobernar mientras sus líderes pactan con la ETA y los golpistas y además, gozan del apoyo de los que ayer desde el centro centrado, nos critican por decir alto y claro, ¡BASTA YA!. Es lo que está pasando en el PP y en España, por si no lo sabían. España, año 2022. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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