lunes, 28 de febrero de 2022

Putin cagado

Juro a ustedes por el cetro del dios Pichimichi que lo que voy a contar es cierto. Aunque comprendería que dudasen, porque en un continente normal, algo así sería imposible. Pero recuerden que éste no es un continente normal, sino Europa, un lugar donde todo disparate, por gordo que sea, tiene su asiento, y donde por poner un ejemplo clásico, una ardilla podría cruzarla entera saltando de gilipollas en gilipollas sin tocar el suelo. Cada día lo tengo más claro. Tras muchos años de estúpidas medidas políticas sociales, los dos años de la pandemia y ahora con el asunto de Ucrania, es evidente que formamos parte de la sociedad más estúpida de todo el planeta. Ideología de género, dictadura LGTBI, invasión de extranjeros, tenemos las más altas tasas de inoculación y ahora llega esto de Ucrania. A lo largo de las últimas semanas en las que se estaba anunciando este conflicto entre Rusia y Ucrania, los políticos globalistas que sufrimos en Europa, Estados Unidos o Canadá, por poner solo unos ejemplos, se pusieron muy pistonudos y bravucones sobre lo que iban a hacer para ayudar al también globalista y farsante, Zelenski. Se iban a comer a los rusos con patatas. Pero todo eso ha sido hasta que hemos llegado a este punto, a la hora de la verdad. ¿Y con qué nos hemos encontrado? Con monumentos emblemáticos de cada país iluminados con los colores de la bandera de Ucrania y con las amenazas de Borrell contra Putin y contra Rusia. Putin debe estar temblando porque Borrell ha anunciado que “Rusia ha sido expulsada de Eurovisión. Puede parecer irrelevante desde un punto de vista geopolítico, pero tiene impacto social. También la final de la Champions League, que no se celebrará en San Petersburgo, y el Gran Premio de F1 ha sido cancelado”. Mientras en este país de risa en el que vivo, también las medidas tomadas contra Putin han sido terribles, desde prohibir en los bares la ensaladilla rusa, pasando por la prohibición de montarse en ninguna montaña rusa de ninguna feria ni por supuesto de ningún parque de atracciones que se precie. Putin debe estar sin pegar ojo. Pero que empiece a preocuparse porque como nos dé por cantar por todas partes el ‘Imagine’ de John Lennon, ya no le va a llegar la sangre al cuello. Y es que el sólo hecho de ver a Borrell, representando a esta desunión europea, diciendo estas tonterías, es ya para mearse to pabajo y sin dejar ni gota dentro de la vejiga, y además te hace pensar en manos de quién estamos, en manos de qué clase de golfos, analfabetos y mediocres, por decirlo de forma suave. En fin, bochorno, vergüenza y demás calificativos son pocos para decir lo que siento con esta morralla. España, año 2022. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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