martes, 16 de noviembre de 2021

Los miserables

Reza un viejo dicho que no hay dos sin tres, válido hasta que el nuevo director de gabinete del presimiente Pinocho Sánchez, Óscar López, no fuera capaz de dar el tercer argumento de peso para votar… (al PSOE, por supuesto), aquel 20-N-11 que llenó de esperanza a casi once millones de españoles, tres de los cuales seguían en el desencanto en las elecciones repetidas en Junio de 2016 y más de cinco en las segundas de 2019, por la que no fue precisamente una brillante gestión política global de Mariano Rajoy, en lo que no toca volver a entrar hoy. Y como me toca escribir el día en que se recuerda el segundo aniversario de aquel infausto 10N en el que llegó Pedro I el Trolero, me parece oportuno dedicar una tercera reflexión para atender a la actualidad de ese “principal” problema que para los medios amigos del sistema, o sea, todos, aunque un par de ellos por diferentes razones, pero con el mismo fin, nos quieren presentar como único en España (volcán de Cumbre Vieja y COVID recurrente cuando conviene aparte), el cisma innecesario en el seno del PP. En esta ocasión voy a comentar algunas muestras de miseria moral que, como no podía ser de otra manera, se ha hecho norma también en el día a día de los colaboradores más cercanos del guionista y que, como decía hace unos días, pese a haber tenido una trayectoria profesional más o menos destacada en la función pública, el hecho de prestarse a seguir acompañando a semejante jefe, los pone en el mismo nivel de miserabilidad que el susodicho. Por respetar la jerarquía, empiezo por la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño. Dicen algunos que reputada funcionaria en ese área, en Bruselas, que se presta al juego del trile y nos hablaba de paz en el consejo de ministros, en la disputa que la segunda, Yolanda Díaz, ha querido mantener sobre la derogación de la Reforma Laboral de 2012, finalmente resuelta con la imposibilidad técnica de llevar a cabo lo que tres de los socios Frankenstein (PSOE, Podemos y BILDU) firmaron en Mayo de 2020, durante uno de esos estados de alarma, hoy anticonstitucionales, que el guionista aprovechó para colarnos sus primeras fechorías vía reales decretos. Y por ahí sigue. ¿Qué decir de lo que ha rodeado a la sentencia del TS que obligó a retirar el acta al podemita canario Alberto Rodríguez?. Pues que sigue coleando la cosa y se ha sabido que el interfecto recibirá una indemnización de 18.000 € por su tiempo de trabajo en el Congreso, entre el que se encuentran periodos fallidos entre las tres legislaturas, una de tránsito hacia elecciones lo antes posible para estabilizar España, que argumentó el candidato para ganar su moción de censura de 2018 y otra que ni se puso en marcha entre Abril y Noviembre de 2019, salvo para que sus señorías cobraran sueldos, prebendas y sobresueldos por comisiones que no se llegaron a iniciar. Yo ahí lo dejo. Para que reflexionen. España, año 2021. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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