La incomodidad de Leo

El independentismo catalán quiere abarcar todos los estamentos catalanes. Pudrirlos con sus asquerosas consignas y envenenar a toda persona para que su causa llegue a la mayor gente posible, y muchas veces no se cortan a la hora de hacerlo. La última fue en un acto, a saber. El pasado jueves, la Generalidad de Cataluña organizaba un acto para hacer entrega de la distinción de la Cruz de San Jordi. Esa es una distinción que se entrega a las personas que han prestado servicios destacados a Cataluña en la defensa de su identidad, especialmente en el plano cívico y cultural. Uno de los premiados de este año era el futbolista del F.C. Barcelona Leo Messi. Durante la ceremonia hubo un momento en el que desde el público se empezó a corear el cansino lema de llibertat, presos polítics, ya que no saben corear otra cosa. Tanto el público asistente como los premiados comenzaron a aplaudir excepto Leo Messi quien parecía no estar demasiado cómodo con aquella situación, y visto el vídeo, sólo cabe decir por mi parte, que la incomodidad del futbolista dice más que mil palabras. La situación en Cataluña parece estar atravesando un momento en el que no existe ningún orto problema en la comunidad autónoma que no sea el de la independencia. Ni existe el paro, ni existen los problemas económicos, ni hay fuga de empresas, ni existen los problemas sanitarios o problemas de seguridad debido a la inmigración masiva e incontrolada, solo existe el problema separatista y el de los políticos golpistas presos. Un buen número de catalanes parecen no enterarse de que absolutamente todo el dinero de sus impuestos está dedicado a este asunto y no es que paguen precisamente poco. Esa alienación separatista que padecen se ve reflejada en cualquier acto tal y como ha sucedido en esta entrega de premios. Por eso, me congratula que un futbolista como Leo Messi haya dado una lección de saber estar en esos premios que no han sabido dar otros, probablemente mucho más intelectuales que él, pero evidentemente más pelotas y vendidos a la causa como se puede ver día sí, día también. A estos indepes sólo les importa lo de siempre, el hacerse notar, y más cuando son actos en los cuales va todo tipo de personas y muchos medios de comunicación, para que su causa llegue lo más lejos posible. Pero lo que están logrando, es hacer cada día más el ridículo, cada día más el payaso (que me perdone este gremio honrado por compararlos con esta chusma) y alejarse cada día más de los objetivos que quieren lograr. Son la peor calaña que dan, gracias a sus actos, una imagen nefasta de Cataluña y de España. Pero como siempre pasa, y como dijo no me acuerdo ahora quién, cuando un tonto sigue un camino, se acaba el camino pero sigue el tonto. Y como dijo otro (que tampoco me acuerdo ni tengo ganas de levantarme a mirarlo), a un tonto no hay manera de convencerlo de que deje de serlo, porque para eso hay que bajar a su nivel. Y en ese nivel, los tontos son imbatibles. Sobre todo en Cataluña. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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