lunes, 13 de diciembre de 2021

Va por libre

Yolanda Díaz, la vicepresidenta del gobierno de España y de ZPedro, va por libre, a su aire, volando como un pajarito sobre el cielo azul del Vaticano, que es a donde fue el sábado pasado en audiencia privada. Total ná, la pijo comunista. Otra foto. Otro fin de semana en el cual el proyecto político de esta mujer avanza, poco a poco, pero lo hace. Imagen a imagen, Yolanda da un pasito cada fin de semana para ser la futura presidenta del gobierno español o por lo menos, para intentarlo. La del sábado pasado, fue la foto con mayúsculas, la foto que casi todo mandatario busca con ahínco y afán. Porque el viaje y la foto, la ha gestionado por su cuenta, no como miembro del gobierno de ZPedro al cual pertenece y el cual le ha restado importancia, ya saben pelillos a la mar, y que va a hacer Yolanda en Roma sin ZPedro. Y en el momento en que se encuentra se hace casi imposible no interpretar cada paso que da a la luz de sus pretensiones, de su proyecto que no es otro que gobernar España. Con este viaje ha vuelto a pasar. Lo del Vaticano se entiende como una forma de llevar su imagen urbi et orbe. Tiene, pues, un efecto publicitario evidente que envuelve, además, la estrategia profunda del desplazamiento, que no es otro que modelar su perfil de candidata. Una Yolanda Díaz en compañía del papa es una Díaz más transversal, a juego con el espacio político al que aspira a representar. Le aleja de vetos, maximalismos y etiquetas. Ella, comunista y quizás atea, entiende que si hay que verse con el Papa, pues se ve. Hay diplomacia. Y sentido de Estado. Todo parecen ventajas para una aspirante que pretende romper los márgenes del territorio político al que se le asocia. Electoralmente, son muchos los caminos que pasan por Roma. Los socialistas, sin ir más lejos, acostumbran a renovar cada cita con las urnas su promesa de denunciar el concordato, pero sin llegar nunca a hacerlo. Al igual que mantienen su escrupuloso respeto y defensa de la monarquía desde su alma republicana. Las recetas de amplio espectro reclaman un juego a todas las bandas. A Díaz, que está en ello, le viene igual de bien exhibir su interés en verse con el papa como la disposición del papa a verse con ella. Con la ventaja añadida de una agenda que cuadra tanto con lo que puede ser el programa electoral que todavía no tiene como con las inquietudes del actual inquilino del Vaticano. Desde el entorno de la vicepresidenta anunciaban que hablarán de la situación tras la covid; las medidas contra la desigualdad; el cambio climático; los flujos migratorios; o la necesidad de fomentar empleo decente frente a la precariedad. O sea, ya que Yolanda pasaba por el Vaticano, no ha tardado en colocarse la medalla de lo bien que lo está haciendo ella, para solucionar y facilitar la vida a los trabajadores españoles, aunque no cuenten con los empresarios. Pero ella es así, aprovecha cualquier resquicio para meter la patita de lo bien que lo hace, y así quedar bien. Es fascinante esta mujer. A mí me mola mucho, que quieren que les diga, aunque no la vote. Pero ojo, no voto a nadie. España, año 2021. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

 

 
 

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