El IVA que nos protege

El aumento del IVA de las mascarillas, es el estúpido argumento que desde el ministerio Sanidad usan para justificar su uso diario en muchos lugares de esta España cañí, que es la delicia europea. Con toda esta excusa del virus, hay muchas cosas que son absolutamente inadmisibles, unas por ilegales, otras por peligrosas para la salud y otras por no ser más que una absoluta tomadura de pelo. Lo de las mascarillas es la tomadura de pelo del siglo. Y como el asunto de las mascarillas es un gran negocio para muchos, y sobre todo para el gobierno (por lo que se recauda con ellas), esos gobernantes miserables que tanto se preocupan por nuestra salud y nuestra economía han decidido subir el IVA de las mascarillas quirúrgicas desechables del cuatro al veintiuno por ciento, ahí es nada. No me ustedes queridos blogueros, que el negocio no es redondo, un utensilio que sirve para proteger de los contagios y que este gobierno le coloque el IVA para que se venda con un impuesto como si el producto fuera lujo. Suma y sigue. Y por si esto fuera poco después está lo de la obligatoriedad de uso, y eso hace que, con el IVA subido sobre este artículo obligatorio, el gobierno ingrese pasta por doquier y a manos llenas, como si al hacer ese subidón, las mascarillas protegieran más. Por eso se dice, que el IVA es el impuesto más injusto que hay, porque lo pagas quieras o no y porque hay obligación de usar las mascarillas en interiores y los niños en los colegios. Es decir, el producto con IVA de lujo es de uso obligado. Pero no se vayan todavía, aún hay más. Después están los argumentos falaces del gobierno sobre el engaño en cuestión. Sanidad justifica el hecho de que nos obliguen a usarla diciendo lo siguiente: “desde Sanidad mantienen la obligatoriedad de su uso ante el aumento de los contagios, y la evidencia científica internacional avala este producto como una de las armas más eficaces en el control de la transmisión”. El caso es que la mejor justificación que he podido encontrar para el uso obligatorio de la mascarilla, que llega a ser muchas veces hasta odiosa e inservible es el afán de recaudar y la de proteger, que en eso no hay ninguna duda, siempre y cuando se use bien y la lleve todo el mundo donde se tenga que llevar. Este subidón en el IVA sobre este impuesto, me recuerda mucho lo de las multas de tráfico, que cuando te la ponen por exceso de velocidad, o por lo que sea, es siempre por TÚ seguridad, aunque luego te dejen los beneméritos largarte con la receta puesta, y el conductor siguiendo haciendo de las suyas. En este tipo de artículos que son obligados llevar, el gobierno debería de ser más flexible, pero claro, de ese impuesto y de muchos otros, salen los dineros para mantener a una familia real, un gobierno central, autonómico y municipal, senadores, diputados, sindicalistas, asesores, cargos de confianza, etc, etc, etc. De ahí el afán recaudador. España, año 2021. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

 

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