martes, 10 de marzo de 2020

Tenía que ser Rufián

Rufián, ese personaje catalán que odia todo lo que sea español (aunque Cataluña sea española), ya que considera que es un estado, opresor, fascista, facha y en el cual no hay derechos fundamentales. Pero sin embargo, se lleva a su bolsillo catalán, los 6.000€ de sueldo más los privilegios por ser diputado en el Congreso del estado fascista y facha español. Se pueden ustedes hacer una ligera idea del personaje. Sinvergüenza y caradura es poco. Pero todo lo anterior lo sabíamos. En esta España deliciosa en la que vivimos rodeados de tantos oportunistas, tantos cantamañanas y tantos golfos, incluida la asquerosa casta política que tenemos, solo tiene derecho a manifestarse la extrema izquierda y los separatistas. Todos los demás, trabajadores que reclaman sus derechos, sobre todo si estos trabajadores son policías, no tienen derecho alguno. Sobre todo, si quien gobierna es la extrema izquierda porque ya se sabe, cuando ellos gobiernan desaparecen todos los problemas en España: los niños ya no pasan hambre, ya no se desahucian a las personas de sus casas y la gente se siente identificada y protegida por la casta. Tras la manifestación de Policía Nacional y Guardia Civil de esta semana a las puertas del Congreso parece como si el mundo se hubiera vuelto del revés. No hubo altercados, no hubo escaparates rotos, no hubo violencia, no hubo hogueras ni contenedores quemados en las calles pero, los que están acostumbrados a hacer todas esas proezas cuando se manifiestan, se han dedicado a criticar a la Policía por manifestarse. Y uno de los que lo ha hecho es el animal de bellota con corbata o sin ella, el conocido como Gabriel Rufián. Este tipejo vividor, golfo y sinvergüenza que vive gracias al sueldo que les atizamos los españoles a los que tanto odia, está demostrando que los que están ahora en el gobierno están a su merced, hace de abogado defensor y se pone de su parte, a pesar de que quienes estaban en la calle estaban reclamando por unos derechos que merecen y que, además, los partidos que están ahora en el gobierno se habían comprometido con ellos a ser atendidos. Pero son policías y la Policía debe ser la antítesis de Gabriel Rufián, aunque bien que tira de ella cuando se siente increpado por ancianos a las puertas del Congreso (tirar de hemeroteca para ver el vídeo). Y, cómo no, tenían que recibir la crítica de Rufián, que es separatista y de extrema izquierda, y no se puede poner de su parte, aunque reclamen unos derechos laborales justos. Y lo ha hecho como mejor sabe hacerlo, de una forma vomitiva e injusta, pero es que, además, ha mentido ya que sus colegas de gobierno ya han rodeado el Congreso en infinidad de ocasiones. Es evidente que Rufián no tiene solución. Pero es lo que hay gracias a ZPedro, ya que le tiene que chupar la almorrana para poder seguir sentado en el sillón de La Moncloa, para seguir jodiéndonos la vida. A disfrutar de lo votado. España, año 2020. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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