jueves, 20 de enero de 2022

Las rebajas

No es nada nuevo bajo el Sol la generosidad que muestra siempre nuestro insufrible presidente del gobierno, que a día de hoy, sigue siendo esa persona tan interesante (y votado, ojo) entre todos los moñas que hacen política en España. Un cínico sin escrúpulos, sin honor, capaz de robarle las herraduras a un caballo al galope. Y de esa forma, asisto fascinado a su (nuestra) carrera hacia el abismo, con los socios que le permitieron llegar al deseado sillón de la Moncloa y mantener bien asentadas sus posaderas en él, en el Falcon y en las plácidas instalaciones y arenas de La Mareta canaria y Las Marismillas de Doñana a costa de lo que sea. Y debe ser por ese espíritu bondadoso que le caracteriza, que por fin, se dignó a rebajar los precios de los famosos test de antígenos (hoy no… mañana, había sido su frase al respecto), esos que dicen por algunos foros y por algunas tertulias periodísticas, que dan positivos asintomáticos (a veces falsos) que colapsan centros de salud en busca de baja laboral, dejando pingües beneficios al fisco de 21% en 21%. Y lo hace, fijando como precio máximo 2’94€, que parece que es aún un 50% superior a la media europea. Rebajar sí, pero poquito que Hacienda se resiente y su ministra Montero le tira de la corbata si se pasa en las rebajas. Esto es, otra muestra del intervencionismo que gusta al social comunismo ruinoso. Ese que mira por los trabajadores (JAJAJAJAJAJAJAJA), por las clases medias (JAJAJAJAJAJAJAJAJA), por los más desfavorecidos (JAJAJAJAJAJAJA) y la que iba a poner las pilas a los ricos (JAJAJAJAJAJAJA) y las grandes empresas y fortunas (JAJAJAJAJAJAJA). Se dirá para sí nuestro querido ZPedro que yo pongo los precios y… sigo siendo el rey de oros. Lógicamente y como se ve lo es. Lo mismo que les va a ellos como le iba a sus compañeros andaluces, dos, condenados la semana pasada por una pieza separada de los ERE. ZPedro debería de darse cuenta, de que todo se acaba, incluso la suerte. Y las rebajas las hace ahora, no antes de Navidad, que hubiera venido mejor a los diezmados bolsillos de los españoles ante la previsible avalancha de exigencias por el incremento que se veía venir entonces (si no se produce de forma natural se impulsa el miedo desde los medios y… a testarse todo quisque). Para este genio de la Economía, si se descuenta la inflación, es que nada ha subido, como dijo el otro día para justificar que se había pagado de electricidad lo mismo que en 2018. Es lo que tenemos, que no lo que nos merecemos. Pero lo que no rebaja nunca nuestro peor presidente de la democracia es el reparto de subvenciones a esos socios que le aprietan donde más duele y cierran un poquito más la mano, a modo de aviso, ante cualquier desvío cesionista o de cualquier aviso. Así lo demuestra el reparto de Fondos Europeos que distribuyó desde el ministerio de Trabajo entre tres comunidades socialistas, Valencia, Navarra y Extremadura, con Vascongadas en el cupo para completar el póker de generosidad, dejando a las otras casi sin nada. España, año 2022. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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