lunes, 31 de enero de 2022

Dos años más

Hay veces en la vida de las personas que uno se da cuanta cuando estorba, pero dadas las circunstancias en estos momentos a las que voy a aludir, en este caso al presidente de la nación española y mirando las traiciones, los engaños y los trucos como si fuese un tahúr o, mejor dicho, un fulero, este embaucador y chantajista, sigo refiriéndome al tal Sánchez, al presidente de la nación española. Los españoles de bien, estoy seguro que se estarán preguntado la misma consulta que formalizo en este escrito: dos años más de espera infectada. La justicia estancada, los partidos políticos están a la gresca unos con otros, las comunidades están con las bocas de serpientes esperando inocular a sus paisanos, los sufridos. Pacientes votantes hemos sido engañados, timados, en unas urnas, al parecer (en esto de los votos, siempre digo, al parecer) transparentes y esperanzadoras de cuatro años más de paz y concordia, pero viendo el cariz que están tomando los hombres de la limpieza. Disfrazados y enjabonados con detergentes de miserias, egoísmos y traiciones de una falsa moralidad… Por lo vivido estos años, vemos que seguimos igual. Los sobornos y degeneración de unos, las compras gananciales y de lucro a destajo de otros, el tal Sánchez no se da cuenta cuando estorba, este verbo no lo conoce y si lo conociera y tuviera, siquiera, un poquito de dignidad y honor ya hubiese terminado su mandato, pero por lo que vemos está entroncado y vinculado, amarrado a sus socios que, como siempre digo: los enemigos de España, los facinerosos rufianes catalanes, los proetarras y los de podemos y sus inseparables amigos, los comunistas lo tienen atado con grilletes marcados de euros. En la política no se consigue nada sin pedirlo antes y la mejor parte de los favores es el día que te lo devuelvan. Esto lo tiene sabido que, como muy bien lo sabemos, lo tienen atado en su sillón en la Moncloa y como estos, sus amigos, le conocen, y saben que su sillón es una seguridad para estos que no creen en España, lo tiene amarrado a esta dormilona butaca que, aunque pensemos que se cimbrea de vez en cuando, seguiremos dos años más de espera con una infección demoledora que de seguir así, necesitaremos una fumigación y saneamiento para dejar limpia la Moncloa. Los políticos han llegado como el Covid-19, arrasando con sus técnicas todo lo bueno que podríamos tener. Dicho de otro modo, están aniquilando con el odio y resentimiento de que no son españoles, y no me refiero a los catalanes, también a todos sus diteros, incluso los prestamistas. José María Gómez de la Torre, escritor argentino, dice: “Yo opino que no todos los políticos son HDLGP, y hay muchos HDLGP que no son políticos. Yo creo que hay políticos, politiquillos, y policastros y si se me apura policastrones”. A lo que iba, el nombre que se le podría dar a este presidente del Gobierno juzgue vuestras mercedes que, ya son mayorcitos. España, año 2022. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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