lunes, 15 de junio de 2020

Ministra de Igual Da

Es triste que una señora como esta que solo vende humo, pues de todo de lo que presume, antes de ella ya lo disfrutaban las mujeres, sea ministra de España. En el libro del escritor inglés Somerset Maugham, titulado El filo de la navaja, hay una frase de esas que levantan ampollas entre la clase feminista. El libro se limita a relatar una historia de la que fue testigo el autor. “Si te quiere, debiera estar dispuesto a trabajar para ti”. Esa frase de la madre de la chica, protagonista de la novela, refiriéndose al prometido de su hija que no tenía intención alguna de trabajar. Soy de aquellos a los que en épocas anteriores, para nada tan lejanas, se les denominaba de mucho amor propio virtud, y digo virtud, que no defecto, dado que el adoctrinamiento que padecemos, ha tratado de erradicarlo. Y lo haré por nuestra ministra de igual da, Irene Montero, aunque supongo, que ella preferiría que la llamara Irena Montera. Lo de la semana pasada en el Congreso de los Diputados ha desbordado la paciencia de muchos varones, ya saben, ese género humano compuesto por hombres heterosexuales, blancos y españoles, los demás no están entre los que esta señora de forma reiterada criminaliza de todas las maneras posibles. Me cuesta entenderlo, sabiendo que tendrá o ha tenido padre o por tener un marido con el que comparte la paternidad de tres bebes y que presume de haberse visto tres temporadas completas de una serie a los pocos días haberse decretado el confinamiento por la pandemia. Según esta señora, los hombres durante el estado de alarma, se han estado tocando los cojones. Mientras que las mujeres, solo las progres (las demás tampoco cuentan para ella, se me viene a la cabeza entre estas últimas, algunas muy ilustres compañeras de hemiciclo que no de partido) nos han estado sacando las castañas de fuego y haciendo posible, que el país siga funcionado. Una vez más nos ha recordado que los actuales derechos de las mujeres los ha conseguido ella y su gente, porque hasta que ella llegó, al parecer, las mujeres, carecían de derechos. Es triste que hoy en España una señora de este nivel, en todos los sentidos (he conocido cajeras, incluso de pequeñas tiendas, con altos conocimientos de respeto a los demás), cobrando míseros sueldos. Las he conocido con una exquisita educación a pesar de que llegaban a sus trabajos al máximo de revoluciones, tras enorme madrugón para dejar a los hijos en el colegio antes de entrar al trabajo, he conocido mujeres humildes y sencillas a la vez que orgullosas de sacar ella sola su casa hacia adelante, pero sobre todo he conocido mujeres con una gran empatía hacia todo su entorno y sin necesidad de ofender a nadie. Es triste que una señora como esta que solo vende humo, pues de todo de lo que presume, antes de ella ya lo disfrutaban las mujeres. Una señora que rezuma odio a todo el que no piense como ella y especialmente, a las mujeres de éxito, muy abundantes en España, y especialmente a las que no dependen de un hombre, pueda ser ministra del gobierno y además, sentirse ejemplo a imitar. España, año 2020. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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