martes, 30 de junio de 2020

Los indignados

Como saben ustedes y sino se lo recuerdo yo, voy a desayunar todos los días al bar de mi amigo Pacorro. Se lo pueden tomar como una chulería por mi parte como otra cualquiera, el caso es que me presento allí. Resulta que Pacorro compra la prensa diaria para que sus parroquianos y los que no lo son, se culturicen porque leen, se informen ya que leen la prensa y vomiten gracias a la prensa que leen, porque cabe recordar que abrir un periódico en esta España salchichera es literalmente echar la pota. Y una vez leída la prensa, uno llega a la conclusión de que definitivamente en este país no cogen más imbéciles, porque la Península Ibérica no es más grande. Y es que la última tontería que he leído en un periódico de tirada nacional, y que me ha dejado patidefuá pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español, es que un grupo de indignados, ya ha dictado sentencia a través de change.org y en formato de una campaña en redes sociales. Estos indignados por llamarlos de alguna manera educada y que no me comprometa ante ellos, piden ni más ni menos la retirada de la marca Conguitos por entender ellos que es racista, ya que la ilustración de un hombre negro con los labios rojos es caricaturesca y estigmatiza a la población negra, ni más ni menos señora. Los indignados e impulsores de esta iniciativa hacen también un llamamiento al consumidor para que se sume al boicot y no compre más los famosos cacahuetes recubiertos de chocolate negro. Como lo lee señora, aunque parezca mentira la noticia. Me pregunto, si esta panda de indignados y desocupados haría lo mismo en caso contrario, es decir, si en vez de ser el dibujo de un negro y los cacahuetes negros, el caricaturizado fuera un hombre blanco y los cacahuetes estuvieran cubiertos de chocolate blanco. Ya les digo yo que no, que eso sería impensable, pues, como dijo no me acuerdo ahora quién, cuando un tonto sigue un camino, se acaba el camino pero sigue el tonto. Y como dijo otro (que tampoco me acuerdo ni tengo ganas de levantarme a mirarlo), a un tonto no hay manera de convencerlo de que deje de serlo, porque para eso hay que bajar a su nivel. Y en ese nivel, los tontos son imbatibles. Sobre todo en España. No quiero ni pensar lo que harían con la película Kunta Kinte, en la cual el protagonista negro es maltratado en cada capítulo. Cada día que pasa, nos la cogemos más con papel de fumar, y las consecuencias de cogérnosla así es que el número de tontos crece a parte de estigmatizar a un colectivo por cualquier chuminada que estos u otros indignados sentencien que es racista y que no lo es. Sólo espero que toda esta panda se dedique a hacer algo provechoso y a tener su cabeza entretenida, porque sino es así, adiós a los helados de chocolate, adiós a las pelis con actores negros, adiós a todo lo que sea negro, y además si lleva personas negras, es el acabose. Menuda panda. España, año 2020. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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