viernes, 25 de mayo de 2018

Me obligan

Si he de serle sincero, queridos blogueros pese a ser el tema del momento, esta semana no pensaba escribir (bastante se está hablando ya) sobre el penúltimo acto (el último lo protagonizó la semana pasada la in-Justicia belga al denegar la entrega de los ex consejeros fugados) del esperpento secesionista que volvió a la escena el pasado 1 de Octubre de 2017, tras un preámbulo inspirador perpetrado tres años antes (9-N-2014) en el primer desafío catalanista de Arturo Mas, entonces molt miserable (segundo de la Transición después de Jorge Puyol y entre ambos, el colaborador necesario Pascual Maragall y el tonto útil José Montilla, fueron relleno para el soufflé), que de haber tenido merecida respuesta por parte del Estado no habría dado lugar a la segunda parte. Pero no me resisto a comentar algo sobre lo ocurrido desde el pasado sábado en Barcelona y su réplica exterior, porque las noticias me obligan a hacerlo. Como sabemos, entre sábado y lunes, se consumó lo previsible tras la cesión de los separatistas de Juntos por (el desastre de) Cataluña, liderados por su prófugo viajero, Carlos Picodelmonte (no sabemos con qué verdaderas condiciones de momento, pero las podemos intuir), para el silencio cómplice de la izquierda radical de la CUP (Candidatura de Unión Popular), madre de los jóvenes de Arran y patrocinadora de la kale borroka catalana de los CDR, Comités de Defensa de la República, a los que el ya nuevo molt miserable Joaquín Torra y Pla dice con rotundidad: “YO TENGO TODA MI FAMILIA APUNTADA”. De nuevo una minoría (cuatro diputados en este caso) impone su voluntad a las mayorías, ante la falta de verdadero sentido político de los que sólo buscan llegar al poder como sea. Tanto en el ámbito regional como estatal, van ya demasiadas veces en las que una minoría marca el rumbo político en España pervirtiendo el sentido que debería primar en una Democracia real, el Gobierno de la Mayoría elegida y que los pactos se hicieran para poder gobernar, no para llegar al gobierno, que queda así atado de pies y manos por el chantajista. Y quiero destacar algo, desde mi punto de vista insólito, que ha contribuido a que este personaje haya sido investido (embestido, debería haber sido), y es que políticos fugados en busca y captura o presos por haber intentado dar un golpe de Estado, hayan podido delegar su voto para consumar el asalto democrático. Dicho lo anterior, añadiré que, desde muy joven, recuerdo una frase del Derecho Romano que dice así en latín: Dura lex, sed lex, que en Español sería la Ley es dura, pero es la Ley, y que después de este nuevo episodio yo cambiaría por la Ley es incomprensible, aunque sea la Ley, cuando está sujeta a interpretación y no se ajusta muchas veces a la lógica de los acontecimientos y al sentido común. Tal vez se me haga incomprensible porque soy de Ciencias y esté acostumbrado a que dos y dos sean cuatro sin depender de ningún tipo de negociación. He dicho. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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