jueves, 12 de diciembre de 2019

La visita

Juro a ustedes por el cetro del dios Pichimichi que lo que voy a contar es cierto. Aunque comprendería que dudasen, porque en un país normal, algo así sería imposible. Pero recuerden que éste no es un país normal, sino España, un lugar donde todo disparate, por gordo que sea, tiene su asiento, y donde por poner un ejemplo clásico, una ardilla podría cruzar la Península saltando de gilipollas en gilipollas sin tocar el suelo. Existen todavía, aunque personalmente los creía extinguidos, ya que no aparecían ni por error. Hasta ahora, que han aparecido un par de veces. Una de las apariciones ha sido en los juzgados de Sevilla, porque resulta que presuntamente (hay que andarse fino con estos temas) han desviado unos cuantos millones de euros que iban a los trabajadores, para ellos pegarse comilonas, juergas, contratar putas, etc, etc, etc. La otra aparición ha sido en una cárcel, y no como presos como hubiese sido la realidad, sino como visitantes a un preso condenado por sedición y que éste tiene el poder o tiene la capacidad de girar el dedo gordo hacia arriba o hacia abajo, como buen César romano, para dar el visto bueno de formar o no formar gobierno en España. Sí queridos blogueros, como los leen. Y es que muchas veces pienso que hago viviendo en este esperpento de país, en el cual la realidad supera con creces, pero con muchas creces la ficción. Resulta, que leí en un periódico digital, la siguiente noticia: LOS LÍDERES SINDICALES (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) SE REUNEN CON EL CONDENADO ORIOL JUNQUERAS EN LA CÁRCEL”. Toma del frasco, Carrasco. Claro, después de leer y de releer esa noticia, porque uno en su sano juicio no se la puede creer, se pregunta, ¿para qué?¿para qué han ido?¿para qué visitan a ese condenado?¿tiene ese condenado algún poder en especial?¿se han presentado en la cárcel para pedirle a Oriol Junqueras la abstención de ERC para que haya gobierno y así seguir trincando?. Es la cuestión más significativa, porque sin gobierno no hay presupuestos, sin éstos todos estos que viven de las subvenciones públicas por tocarse sus partes con las dos manos, dejarían de vivir y de trabajar (si es que alguna vez lo han hecho), con lo cual la explicación o la respuesta a la última pregunta está contestada. Envidia me dan los sindicatos franceses, por poner un ejemplo no muy lejano a España. Los estamos viendo en la televisión, sólo con que el gobierno francés proponga (ojo al matiz y a la palabra) algo que no les cuadra, ZAS a la calle y a paralizar el país el tiempo que haga falta. La diferencia entre los sindicatos franceses y los españoles, es que los primeros viven de las CUOTAS de sus afiliados, no de las SUBVENCIONES públicas, como los españoles. Diferencia sutil, pero que dice mucho de una acción sindical a otra. Ahora se volverán a esconder, que es lo mejor que saben hacer. España, año 2019. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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