lunes, 25 de noviembre de 2019

Oficialmente casta

Por fin, ya lo son, ya han cumplido con todos los requisitos para ser oficialmente casta política, esa misma casta a la que hace unos meses los marqueses de Galapagar repudiaban con todas sus fuerzas e iban a luchar para desmantelar. Pero al final lo han conseguido, aunque luego en los mítines ante su gente, los marqueses digan lo que sus parroquianos quieren oír. No les bastaba con el casoplón, sino que también utilizaban los servicios de escolta para otros menesteres distintos. La marquesa de Galapagar, se ha convertido en eso en poco tiempo, y usa su marquesado sin complejos y sin que le caiga la cara de vergüenza. Y como siempre, les voy a poner un ejemplo para que ustedes se hagan a la idea de la forma de actuar de la marquesa de Galapagar. Resulta, que por tener cargos en el parlamento o públicos, les corresponde una escolta. Bueno, que le vamos hacer, aunque cabe también la posibilidad, de que sea contratada por ella misma a través de una empresa privada, que es casi lo más seguro. Pero un/a escolta está para lo que está, que es para proteger la vida o el físico de su protegido/a en caso de intento de agresión, en caso de que alguien vaya a darle la mano (exceptuando la campaña electoral, que a todo el mundo se la da) y cosas así. Pero la marquesa de Galapagar, parece que se extra limito en su poder a la hora de entender las funciones de la escolta. Resulta que la marquesa ha sido denunciada por una escolta. Ésta le pide una indemnización por trato discriminatorio al obligarla a hacer de recadera, desde comprar comida para el perro, hasta hacer de chófer. La escolta fue despedida, pero ella interpuso la demanda por trato laboral discriminatorio. Sí queridos blogueros, no es broma. Esta noticia me la encontré en un periódico de tirada nacional mientras desayunaba en el bar de mi amigo Pacorro. Parece que estos de Podemos, no saben que la ley sobre contratación laboral existe también para ellos. Echenique, también supo lo que era la aplicación de la ley, yo lo dejo ahí, no vaya a ser que el ministerio de Trabajo sea para ellos, en fin. Según la denuncia, Montero le obligaba a hacer todas esas labores fuera de su horario laboral, así como a ejercer de mecánica o chófer para la empleada doméstica, la niñera o, incluso, familiares e invitados a su vivienda. La demandante pide una indemnización, además, por las horas extras impagadas. Pero claro, ahora salen los marqueses de Galapagar diciendo que la denunciante no ha sido escolta, sino que tenía contrato de asistente. Considera falsas las acusaciones, y desmiente tajantemente que ofreciera las labores y servicios que expone en su demanda. Como no, si asumieran lo que dice la escolta, entonces serían el hazmerreír de España. Si esa escolta tenía contrato, ahí se dirá para lo que estaba contratada, ni más ni menos, con lo cual sólo hay una verdad, la que diga el contrato. Vaya tela con los marqueses de Galapagar, la tal Irene Montero y Pablito Iglesias. Casta al 100% ya, sólo era cuestión de tiempo. España, año 2019. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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