jueves, 24 de enero de 2019

La misma duración

Los cambios sientan bien y son necesarios en la vida. Pero no a todas y todas les sientan bien, y depende del cambio en cuestión, si es para mejorar, para empeorar o simplemente porque tienes que cambiar porque has perdido, digamos por ejemplo unas elecciones o simplemente ha cambiado el color del partido que gobierna. El Parlamento de Andalucía y el gobierno de la Junta de Andalucía ha cambiado, como ustedes ya sabrán de sobra, de la rancia izquierda socialista y comunista, incluyendo a izquierda unida (si es que queda algo de este partido político) y adelante (que es el brazo ejecutor o la confluencia por llamarlo de alguna manera, de Podemos en Andalucía), a la derecha en todo su espectro, centro, centro derecha y derecha. Por fin se han ido los socialistos, que han ninguneado el dinero de los andaluces durante cuarenta años, y fíjense ustedes la casualidad, igual tiempo que lo que duró el franquismo, y es que muchas veces la vida te juega estas bromas pesadas sin que nadie las busque. Ha día de hoy el PSOE andaluz, es un partido resentido, y sólo había que mirar las caras de los diputados cuando la cámara de la televisión enfocaba a la reina de las marisma, la conocida como Susana Díaz, que expresaba cabreo con gestaciones de manos, de cabeza, de cara y hablando con el de al lado. Y además por el debate con Díaz que la ha dejado por los suelos retorciéndose en sus entrañas por la pérdida de poder, por culpa de lo que ella llama extrema derecha. Después está el rencor de la pobre Teresa, en sus palabras sólo había odio al nuevo gobierno de Andalucía, nada nuevo bajo el sol, y por eso tiene que serenarse y no promover movimientos de ningún tipo (incluidos los feministas) hasta que no vea y vean todos los andaluces, por donde tiran las flechas del nuevo arquero. Enfrente tenía a un candidato, sereno, moderado, de diálogo extendiendo la mano reiteradamente a todos los grupos del Parlamento andaluz, de gobierno para todos los andaluces, de limpieza del ninguneo del dinero por los socialistas omnipresentes en la administración andaluzas y organizaciones paralelas. Cabe recordar también que el nuevo presidente andaluz, tampoco en es un vibrante orador ni nada por el estilo, y sólo ha dicho lo que se pretende de él que diga, buenas palabras, más de una promesa que dudo que cumpla y punto y pelota. Dudo mucho que acabe el robo y el subdesarrollo en Andalucía con este nuevo gobierno, que en otros lugares está de mierda hasta las trancas con muchos casos de corrupción, no muy diferente a lo que el PSOE deja en Andalucía, que es también para echarse a llorar. Dudo mucho de muchas cosas, lo mismo que en su momento dudé sobre Podemos y los movimientos del 15M, y que todo sigue igual o peor, menos los que controlan el tema, que tienen casoplones de aúpa en las mejores zonas de Madrid. La misma historia, llegan con ideas revolucionarias, al cabo del tiempo tocan billetes frescos que no son suyos, y al final se convierten en lo que decían que iban a quitar. Y así hasta el infinito y mucho más. España, simple y llanamente. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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