Fiestas tristes

Han sido unas fiestas tristes para la familia Borbón-Urdangarín, las primeras en las que el exduque de Palma las pasa en la prisión de Brieva, en Ávila, donde cumple condena. El único aliciente de Iñaki ha sido la visita de sus cuatro hijos, junto a su mujer, la infanta Cristina. De ser cierto la visita de toda la familia a Urdangarín, alguien se habría saltado el reglamento de Instituciones Penitenciarias (luego todos los españoles somos iguales ante la ley, jajajajajajaja), ya que el número máximo permitido de visitantes, para los vis a vis y los locutorios, es de cuatro personas. Por lo tanto, no parece probable que todos disfrutaran de la visita a la vez o sí, siendo las fechas que eran y la familia que era. La infanta y sus cuatro hijos, Juan, Pablo, Miguel e Irene, estuvieron alrededor de 45 minutos en la prisión de Brieva antes de regresar a Madrid para cenar con toda la Familia Real. Al día siguiente, en Navidad, volvieron a comer todos juntos como hacía años que no sucedía. Al parecer, en palabras de la tía del rey Felipe, lo pasaron muy bien. Después, la infanta y sus hijos viajaron a Vitoria, para pasar el fin de año con la familia Urdangarín. Pero han sido muchas las familias que han pasado unas fiestas muy tristes. Las personas que no tienen recursos, ya que las pensiones no les llegan ni para pipas, trabajadores que curran duro para cobrar cuatro duros, personas que han sido desahuciadas por los bancos con menos escrúpulos que una mierda tirada en el suelo, muchos niños sin sus madres porque un canalla pensó que era mejor que su ex no existiera, y así hasta el infinito y mucho más. Con lo cual, este tipo, el tal Urdangarín no me da ninguna pena, porque aún teniéndolo todo como lo tenía, se dedico a robar sin escrúpulos para llenar su ego y su cartera más de lo que ya la tenía. No me da ninguna pena, pero ninguna, ni ella ni sus hijos ni nadie de su entorno. El saldrá de la cárcel sin devolver ni un duro de lo mangoneado, y seguirá su apacible vida en Bruselas como hasta ahora, mientras su España querida se hunda cada vez más por tener y mantener a personajes como él. Es la penoso, pero es la cruda realidad. En fin. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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