domingo, 29 de enero de 2017

La misma historia

Los otros días mientras desayunaba en el bar de mi amigo Pacorro, vi por la tele otra operación mediática de la Guardia Civil. Un montón de coches patrulla, un montón de guardias civiles de la UCO y un edificio grande en Oviedo en el cual trabajan (o eso dicen desde dentro, aunque los españoles no los veamos) unos sindicalistas (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo) en el cual se iba a proceder a un registro por parte de la Guardia Civil porque se sospecha que este sindicato o las personas que trabajan en él, han desviado fondos de los cursos de formación para sus intereses. Para que ustedes lo entiendan, lo mismo que pasó en Sevilla con el caso de los ERES y de los cursos de formación. Pero tienen que acordarse, ya que nadie habla de ese robo a mano armada por parte de los sindicatos. 
Este registro, parte de una denuncia que la Guardia Civil recibió en el año 2014, en la cual se investigaba a UGT de Asturias por presuntos delitos contra la Hacienda Pública (desvío de fondos para las subvenciones) y falsedad documental. La Fiscalía destacó entonces, al principio de la investigación, que los hechos guardaban semejanza con los que se investigaban en Sevilla y que la investigación había permitido aflorar indicios de diversas conductas de apariencia delictiva. El Ministerio Público denunció entonces al sindicato por la supuesta actuación fraudulenta en materia de subvenciones públicas llevada a cabo a través de su fundación, el Instituto de Formación y Estudios Sociales (IFES). 
Otra vez la misma historia. Fondos públicos, sindicalistas avariciosos con afán de lucro, una fiscalía que pone una denuncia, un montón de horas de trabajo de los agentes de Guardia Civil, un montón de medios para que esto se aclare y el final el mismo, es decir, se alargará el procedimiento judicial, muchos de estos delitos prescribirán, nadie sabe nada del dinero desviado, nadie devuelve nada de ese dinero público, todo quedará en el olvido, cuando se pasen un tres semanas nadie se acordará de esto y los mangantes a disfrutar de ese dinero sin devolver, y a pegarse la vida padre gracias al sistema judicial que tienen el cual le permite hacer estas cosas y salir impunes. Como siempre, la misma historia. Es la triste historia de España. Hay que joderse. Entonces, ¿sindicatos para qué?. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.

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