Leo con estupefacción una noticia de esas que piensas que no puede ser verdad. Una noticia de esas que se basan en estudios de psicólogos-pedagogos de turno y que luego crean alarma general y que pueden hundir un negocio dependiendo de cómo se aire el tema en los medios y la repercusión que éstos le den al estudio en concreto. La noticia dice lo siguiente:
Vaya vaya con el Bob Esponja. Me pregunto qué opinión tendrán todos estos psicólogos-pedagogos de pacotilla del fracasado coyote del correcaminos, del perdedor lindo gatito, del nefasto hombre blanco que arremete contra la pantera rosa sin éxito, y tantos ejemplos de personajes de dibujos animados que fracasan por doquier en tantas series y encima nos hacen reír. Sería interesante que nos dieran su opinión, y sobre todo si esas series en donde se ven tantos fracasados, deberían de verlas nuestros hijos. Pero lo más importante que deberían de hacer estos psicólogos-pedagogos es decirnos a los padres que dibujos animados deben de ver nuestros hijos y cuáles no.
Ahora entiendo que nuestra sociedad actual está como está. La culpa es de Mazinger Z y su brutalidad para derrotar al enemigo, la culpa es de los pitufos por dejar siempre en ridículo a Gargamel, la culpa es de Heidi porque su abuelo no dejaba que se casara con Pedro, y tantos ejemplos de nuestras series de infancia que nos han hecho lo que somos, unos bestias.
Pienso que si en aquella época hubiésemos tenido estos magníficos profesionales conocidos como psicólogos-pedagogos, la sociedad actual sería una balsa de aceite, y sólo serían malas aquellas personas que se identificaban con los fracasados y perdedores de esas series. Qué pena no haberlos tenido en aquella época en donde crecíamos tan felices, pero a la vez se estaba criando un monstruo en nuestro interior por ver esos malvados dibujos animados. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.
Bob Esponja perjudica la atención en niños de cuatro años.
El ritmo trepidante de la serie aumenta la impulsividad de los pequeños
El ritmo trepidante de la serie aumenta la impulsividad de los pequeños
Vaya vaya con el Bob Esponja. Me pregunto qué opinión tendrán todos estos psicólogos-pedagogos de pacotilla del fracasado coyote del correcaminos, del perdedor lindo gatito, del nefasto hombre blanco que arremete contra la pantera rosa sin éxito, y tantos ejemplos de personajes de dibujos animados que fracasan por doquier en tantas series y encima nos hacen reír. Sería interesante que nos dieran su opinión, y sobre todo si esas series en donde se ven tantos fracasados, deberían de verlas nuestros hijos. Pero lo más importante que deberían de hacer estos psicólogos-pedagogos es decirnos a los padres que dibujos animados deben de ver nuestros hijos y cuáles no.
Ahora entiendo que nuestra sociedad actual está como está. La culpa es de Mazinger Z y su brutalidad para derrotar al enemigo, la culpa es de los pitufos por dejar siempre en ridículo a Gargamel, la culpa es de Heidi porque su abuelo no dejaba que se casara con Pedro, y tantos ejemplos de nuestras series de infancia que nos han hecho lo que somos, unos bestias.
Pienso que si en aquella época hubiésemos tenido estos magníficos profesionales conocidos como psicólogos-pedagogos, la sociedad actual sería una balsa de aceite, y sólo serían malas aquellas personas que se identificaban con los fracasados y perdedores de esas series. Qué pena no haberlos tenido en aquella época en donde crecíamos tan felices, pero a la vez se estaba criando un monstruo en nuestro interior por ver esos malvados dibujos animados. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.
PD: si quieres informarte bien, puedes ver la noticia en este enlace.
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