domingo, 16 de mayo de 2010

Se acabó

Este fin de semana se acaba el entretenimiento nacional: EL FUTBOL. Si, se acaba la temporada futbolera y con ella el pasatiempos preferido de muchos españoles. Mucha gente se estará tirando de los pelos. Pero no todo está perdido. Dentro de un mes comienza el mundial de fútbol de Sudáfrica y habrá otro interesante mes viendo como 22 tíos corren detrás de un balón, sin percatarse (o sí) de que sus movimientos, jugadas, goles o cualquier otra cosa, hace que se tambaleen las ilusiones de millones de seguidores en todo el mundo.
Nunca he llegado yo a entender como un deporte es capaz de hacer tanto y de hacer saltar tantos sentimientos, que otras cosas a lo mejor más importantes no logran. Se ve a personas llorar de emoción cuando su equipo pierde una final, y llorar de alegría cuando la gana, pero casi nunca se ve a alguien llorar por perder el puesto de trabajo, por ejemplo. ¿Por qué es así?, porque en España siempre ha existido ese sentimiento futbolero, y te lo inculcan desde que eres muy pequeño, tus padres, en el colegio e incluso jugando con los amigos, ese sentimiento aflora como algo importante en nuestras vidas. De pequeños todo el mundo era o del Madrid o del Barça, y eso nos acompaña hasta casi la muerte. Véanlo ustedes mismos, sólo tienen que ir a cualquier parte y ser un poco observadores.
Pero el otro lado que tiene este deporte, es el enriquecimiento de los clubes a costa de las ilusiones de los aficionados. Infelices. A fin de cuentas, vender una camiseta es ganar dinero, que vaya mucha gente a ver un partido es dinero, que se compren los álbumes con las pegatinas de los futbolistas, eso es dinero. Pero claro, nosotros no nos damos cuenta de eso, y seguimos como borregos las consignas de estos profesionales del marketing y de hacer dinero. Si el gobierno tomara prestadas algunas de las nociones básicas del marketing que estos clubes aplican para ganar dinero, el Estado estaría forrado. Porque saben cómo jugar con los sentimientos de las personas en beneficio propio. Por eso me alegro de que se acabe ya esta liga, para poder descansar del marketing agresivo de todos estos clubes que nos inundan con sus falsas esperanzas. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.

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