viernes, 15 de enero de 2010

¿Ha habido crisis estas navidades?

Menos mal que se han acabado las fiestas de Navidad. Para muchos ha tenido que ser un alivio, para otros una alegría y para la mayoría un regreso un poco duro y amargo. Lo digo por la sencilla razón de que por fin volvemos a la cruda realidad, porque parece que durante este periodo de tiempo, la crisis y los problemas para llegar a final de mes, parecen que se han dejado guardados en una cajón de la mesita, porque sino la cosa y la situación no tiene otra explicación.
Les vengo a contar todo esto, porque estaba yo sentado tomando un café en un centro comercial de mi ciudad, mientras veía a la gente pasar a toda prisa, cargada de bolsas y con unas prisas que parecían que con la cosa de comprar le iba la vida en ello. Como si llegaran tarde a cualquier sitio y ese sitio fuera muy urgente. Pensé: las cosas que tiene la vida. No tenemos para llegar a fin de mes, pero si tenemos para comprar como locos cualquier cosa por el simple hecho de quedar bien con la familia y amigos, porque una tradición tan arraigada como los reyes, e inculcada como Papa Noel, no se pueden dejar de lado como si fuera un evento cualquiera, y por supuesto nos hace olvidar la crisis y los problemas económicos a lo que nos enfrentamos cada día que pasa. ¿Por qué somos así? Esa es la pregunta que me hacía tomando café y viendo pasar a la gente con un montón de bolsas, que seguramente muchas de ellas, llevaran en su interior cosas ridículas, que no sirven, que no las van a aceptar por el simple hecho de no hacernos el feo, en definitiva, por quedar bien y que nuestro estatus social no diga lo contrario de lo que tenemos.
El estatus social, que gran invento para aparentar lo que no somos, gastarnos lo que no tenemos y pasar más penurias a fin de mes. Ese es el auténtico drama social: hacer una cosa, cuando no se puede. Pero nosotros tan felices y alegres, porque por el simple acto de presentarnos con los regalos, la gente nos mirara bien, y nosotros nos sentiremos mejor aunque sólo sea ese instante, ese momento apoteósico que nos da el sentirnos bien el hecho de hacer y comprar cosas aunque no podamos y tengamos que llegar a final de mes pidiendo dinero a esos mismos familiares a los que ahora les estamos regalando cosas que a lo mejor no sirven para nada.
Pero el ser humano es así. Mientras yo seguía tomando mi café tranquilo, alargándolo, sabiendo que cuando se terminase, yo iba hacer lo mismo que esas personas que ha visto pasar tan rápidas y estresadas, por si se acaban los regalos que iban a realizar. Y eso es un problema en los tiempos que corren. Mientras, aquí estoy, viendo pasar la vida. Salu2

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentame que te parece