jueves, 10 de marzo de 2022

Maquillándose

Tengo muchos defectos, pero uno de ellos me hace muchísimas veces desconectar. Este defecto es leer, y además los libros son puertas que te llevan a la calle. Con ellos aprendes, te educas, viajas, sueñas, imaginas, vives otras vidas y multiplicas la tuya por mil. A ver quién da más por menos. Y también sirven para tener a raya muchas cosas malas, fantasmas, soledades y mierdas así. A veces me pregunto cómo conseguís montároslo los que no leéis. Pero muchas veces el leer (sobre todo periódicos y panfletos periodísticos, cada vez más abundantes por desgracia) me hace sentir vergüenza ajena, sentirme mal incluso viendo lo que nuestros asquerosos políticos hacen con un dinero que no es suyo y que malgastan en sus cosas en vez de solucionar problemas de verdad, de los que afectan a las personas. Y esto fue lo que me pasó cuando me encontré en un periódico de tirada nacional esta noticia que me dejo patidefua, pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. La noticia decía así: “30.346,80 € gastará Moncloa en 119 sesiones de maquillaje en 2022”. Toma del frasco, Carrasco. Pero al seguir indagando en la noticia (porque a mí me gusta saber en qué se gasta el ejecutivo el 18% de IRPF que me soplan de la nómina), encontré que el contrato prevé la realización de 106 sesiones de imagen en Madrid a 230€ (ojo al dato) cada una y 13 fuera de la comunidad a 460€ (ojo al dato) la sesión. Pero no se vayan todavía que aún hay más. Este año 2022 el contrato de maquillaje se ha elevado en 10.000 € respecto al de la anualidad 2021. Y es que Pedro Sánchez tiene muchas necesidades de maquillaje, al igual que el resto de sus ministros, he imagino que para tapar todas sus mentiras que no son pocas, ya que este presidente insufrible que tenemos, es un pistolero sin escrúpulos que ha hecho del cinismo un arma política y la maneja con envidiable desvergüenza. Torea por ambos pitones a amigos ruines y a enemigos torpes. Aprende rápido, y creo que va a durar. El problema, es que todo ese gasto lo saca de exprimir a los ciudadanos a los cuales debe de facilitar la vida, en vez de complicársela. Pero como estamos viendo por desgracia, él va a lo suyo, a lo que le conviene en cada momento, y como decía aquel tipo de cuyo nombre no me acuerdo: “ande yo caliente, y ríase la gente”, aunque en este caso, es él el que se ríe de todos nosotros sin contemplaciones y sin escrúpulos. Y ahí sigue, vivito y coleando, gobernado para amiguetes y cortabolsas que les baila el agua porque él decide que sea así. El problema es el de siempre y los sufrimos los de siempre. Espero que esas sesiones de maquillaje maquillen la cruda realidad en algo más bonito para los ciudadanos, aunque luego la cruda realidad sea la que es, que no es otra que pasar penurias, aguantar como se pueda y como nos dejen estos miserables gobernantes que tenemos maquillándose. España, año 2022. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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