domingo, 17 de enero de 2016

Los que nos quieren gobernar

En este país de pandereta o como se llame esta descojonación de Espronceda en la que habitamos, ser un golfo en tiempos pasados tiene su premio. Parece ser que contra más malo eres, más futuro te espera, sobre todo en la política. Sino atentos al siguiente titular que me encontré en un periódico de tirada nacional mientras desayunaba en el bar de mi amigo Pacorro. Decía así: “ALBERTO FERNÁNDEZ DIPUTADO DE PODEMOS POR SANTA CRUZ DE TENERIFE, FUE ARRESTADO EN 2006 POR AGREDIR A POLICÍAS. LES LLAMA ASESINOS E HIJOS DE PUT_, E INSTA A LA GENTE A AGREDIRLES, DICIENDO VAMOS A POR ELLOS. DECLARA QUE NO SÓLO NO ME AVERGÜENZO, SINO QUE LO VOLVERÍA A REPETIR”. Y esto son los personajes con los cuales el chulillo de Pedro Sánchez quiere formar una gran coalición de izquierdas para gobernar España o lo que queda de ella. 
El ser político o futuro político en este pintoresco lugar llamado España, porque de alguna manera hay que llamarlo es una manera de entender la vida como otra cualquiera. La diferencia estriba en las leyes, que para ellos son unas y para el resto de los ciudadanos otras muy distintas, y para más inri, son las que se aplican sin compasión por parte de esta justicia de mierda que tenemos en este país. Porque ya me contarán ustedes que pinta este personaje de diputado cuando en sus tiempos mozos hacía y decía esas barbaridades. 
Pero no sé de qué me extraño. Y máxime cuando he visto a terroristas de ETA en las instituciones vascas como si los muertos, los atracos y los secuestros no hubiesen ido nunca con ellos en sus 50 años de sangrienta historia. Con lo que este Alberto Fernández se puede considerar una monjita de la caridad en comparación con los sinvergüenzas del norte. 
Muchas veces también me pregunto por qué personajes de esta calaña se meten a políticos y las conclusiones a las que llego no son muy esperanzadoras. He llegado a la conclusión de que lo hacen para evitar a la justicia, ya que en cuánto les dan el acta de diputados se convierten en aforados, con lo que las leyes de los ciudadanos normales ya no les afecta, con lo que pueden tener un expediente policial de lo más temible y ser diputados y ganar 3.000€ al mes. Otra conclusión puede ser que se hacen políticos para cambiar las leyes a su antojo y así hacerlas más a la imagen y semejanza de la nueva tribu que nos quiere gobernar. Otra conclusión es para ganar dinero fácil tocándose los huevos, porque no encontrarán otro lugar que les de esos sueldazos, esos pluses, esas condiciones laborales tan espléndidas por ir a Madrid 2 veces a la semana para vocear, para no solucionar nada y para tirarle mierda al oponente político por el simple hecho de no pensar como él. 
Es una pena lo que pasa en este país de pacotilla. Pero es lo que tenemos, pero no lo que nos merecemos. O sí, todo depende de cómo se mire y de cómo se vote y a quién se vote. Es lo que hay, Maikel Naig. Porca miseria. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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