A dónde vamos a llegar

Me entretengo muchas veces leyendo noticias curiosas por internet para salir un poco de la monotonía que supone todos los días estar oyendo las mismas cosas de siempre, es decir, que la crisis es grave, que va a costar mucho salir de ella, bla, bla y más bla. Una de las noticias que me llamo la atención y que demuestra eso que dice que a dónde vamos a llegar, es una que dice que: “Juzgan a dos ancianos por robar una lata de anchoas de un euro”.
Es más, la acusación pide cuatro días de arresto domiciliario para ellos. El supermercado alega que el anciano amenazó a un guardia de seguridad con su bastón, con lo que la situación tuvo que ser tensa entre el gorila y el viejo. Una batalla desigual pero que tiene un perdedor, el anciano y su esposa.
En esta ocasión no ha salido nadie en defensa de estos pobres ancianos, nadie ha dicho que la carga del segurata fue desproporcionada, nadie le ha dado importancia a esta noticia y que demuestra lo grave que es la crisis. Políticos mangoneando, chorizando y dando pasta a sus amigos y familiares, y ancianos con una mísera pensión entran en la cárcel porque roban una lata de anchoas para poder quitarse el hambre. Por eso me río yo de eso que dijo el rey de que “la justicia es igual para todos” y en este caso se demuestra que no es así. Mientras su yerno se forra con dinero público y no pasa nada ni le pasa nada, estos pobres desgraciados van a la cárcel en menos de 2 días.
Por eso desde aquí digo que vaya mierda de justicia tenemos y que soportamos. Politizada hasta las trancas no me extraña que los que tengan pasta y poder puedan torearla con abogados que medianamente conozcan su oficio mientras que los pobres tenemos que soportar que nos machaquen sin compasión. Vaya mierda, pero es la justica igual para todos que tenemos. La próxima vez, yo soy el viejo y reviento todo lo que pillo y así que me condenen con razón. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.

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