Una de manías

Hay manías de todos los colores y gustos. Pero la que más odio es esa que tienen algunos padres de llevar a sus hijos hasta la misma puerta del colegio o de los sitios aunque la cosa esté complicada o incluso prohibida en muchos casos por señales de tráfico. Es que lo odio.
Nos empeñamos en dejarlos en la misma puerta aún sabiendo que otros padres lo harán y aún sabiendo que se puede formar un atasco del 15, y aún así, los queremos dejar lo más cerca posible de la puerta del colegio o de otro lugar. Luego pasa lo que pasa, que hay atascos, que se lía la de dios entre que yo entro, que el otro sale, que el que entra no deja salir al otro, que el que está dentro quiere salir para ir al trabajo pero la otra no le deja hasta que no vuelva de dejar al niño, etc, etc, y es ahí en donde empieza el caldo de cultivo de una ira que va creciendo cada vez más y más hasta que explota y es cuando vienen los problemas y las discusiones.
Los humanos somos así de inútiles, que le vamos a hacer. Está bien que cuidemos de nuestros hijos, está bien que queramos lo mejor para ellos, pero llega un momento que eso raya la estupidez más absoluta y eso lo vemos cada día en cualquier puerta de cualquier colegio. Los de mi época íbamos andando al colegio y no nos ha pasado nada, ¿es qué antes nuestros padres no miraban por nosotros?, pues sí, pero miraban de otra forma, es decir, dejándonos cumplir con nuestras obligaciones. Porque ya puestos, ¿por qué cuando los niños crecen esos mismos padres no les llevan a la puerta de su trabajo?. Pues porque se supone que los hijos tenemos una obligación y que nuestros padres no van a estar ahí siempre. Pero eso hay que inculcarlo desde pequeño sin olvidar que son nuestros hijos y que tenemos que cuidarlos, pero sin pasarnos y sin sobre cuidarlos, como en muchos casos pasa.
Por eso, este post no deja de ser un llamamiento a esos padres maniáticos que llegan muy lejos para dejar a los niños en la misma puerta de donde vayan, y cuando digo muy lejos me refiero a eso, hasta donde haga falta, incluido alguna discusión inútil, que los hay. Vivir para ver. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.

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