Cuidadín, cuidaín

Hay oficios o puestos públicos que tienen que tener un especial cuidado con lo que hacen y dicen. Este es el caso del director del FMI, que la semana pasada fue detenido en Nueva York por intento de violación y retención ilegal. Lo cogieron 10’ antes de que el avión partiera hacía París, en donde se tenía que reunir con la Canciller Merkel. El director se hospedaba en un hotel de lujo en donde la habitación costaba 3.000€ la noche. Cantidad insignificante para una institución que mueve mucho dinero, pero que no se sabe de dónde viene ni como lo invierten.
A Strauss que es como se apellida el detenido, se ha caído con todo el equipo, ya que iba a ser candidato a la presidencia de Francia por el partido socialista, pero que ahora con este escándalo ya no se sabe lo que va a pasar con él, porque en EEUU tienen unas leyes que son un poco duras a la hora de saltárselas a la torera, y no como pasaría en España, que la policía ni se acercaría a él por el simple hecho de ser quién es. Pero también dicen las noticias que era adicto al sexo. Pero ya se sabe, a perro flaco todo son pulgas, como también se sabe que es un montaje ideado por la oposición de su país para hundirlo.
Da igual lo que sea, lo importante es que está detenido por una simple denuncia, y ahora es él y su abogado el que tiene que demostrar que lo que dice la camarera de hotel es mentira para por lo menos salir de EEUU y rehacer su vida millonaria. Hay cosas con las que hay que tener cuidado y más cuando se es un cargo público importante. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.

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