viernes, 10 de julio de 2020

La tarjeta

El macho alfa, conocido como Pablo Iglesias, está desaparecido en este caso de la tarjeta del teléfono móvil. Un caso, que antes era producido por las cloacas del Estado para hundirlo a él, gracias a la ayuda inestimable del ex comisario Villarejo, y que ahora parece ser y conforme avanza la investigación, las cloacas eran él y toda la chusma que le rodea. A medida que va saliendo más y más información sobre la famosa tarjeta del móvil de Dina Bousselham y Pablo Iglesias nos vamos sorprendiendo más, como les decía. Da toda la sensación que nos encontramos ante un enredo de bragueta que se ha ido complicando poco a poco y sobre todo por la torpeza de la que están haciendo gala los protagonistas del mismo, tanto Pablo Iglesias como la propia Bousselham. Y la cosa parece que todavía se enreda más con declaraciones que no son demasiado beneficiosas para el vicepresidente del Gobierno porque, escándalos judiciales o de cloacas aparte, queda claro que todo esto parte de comportamientos bastante inapropiados e impropios en personas adultas y mínimamente serias. Pero por más que ha hecho Pablo Iglesias para intentar que Bousselham no diga algo inapropiado ante el juez, la torpeza o los nervios de la ex asesora han provocado todo lo contrario a lo deseado. Y eso no es algo que diga yo, porque lo pueden comprobar por ustedes mismos, lean y saquen sus conclusiones. ¿Tiene sentido que Pablo Iglesias destruyera la tarjeta para evitar que usted siguiera haciendo envíos a terceros?. Habría que preguntárselo a él, respondió ella. Hemos terminado de momento. Y digo de momento. Sabiendo que había fotos mías, privadas, que él ha podido ver, igual ha dicho pues para que no se sienta mal y sepa que yo he visto fotos privadas íntimas de ella… no lo sé…, indicó Bousselham. La tarjeta nunca la he podido recuperar en el sentido de que nunca he tenido acceso a lo que hay dentro. Esa tarjeta la intenté recuperar enviándola a una empresa que se dedica a recuperación del contenido de tarjetas dañadas y nunca he tenido acceso al contenido. Esa tarjeta me la entrega Pablo. Me dice que se la había entregado el presidente del Grupo Zeta en una reunión confidencial con él pero yo nunca jamás he tenido acceso al contenido de la tarjeta. ¿Tendría sentido que Pablo Iglesias no le entregara esa tarjeta, o que la destruyera antes de entregársela, precisamente para evitar que usted pudiera seguir haciendo envíos a terceros para perjudicarle? Pregunta el juez. Habría que preguntarle a él, repite la ex asesora. ¿Pudo suceder eso? ¿Esa es la explicación por la cual Pablo Iglesias no le dio esa tarjeta?. No tiene sentido eso. No lo sé, igual le da apuro haber visto fotos mías privadas. ¡Por favor! Le ha dicho una persona en la que usted confía totalmente y además es su jefe de filas que esa es su tarjeta porque él lo ha comprobado. ¿Pero qué me está usted contando? No tiene sentido. Me sorprende tantísimo, no lo puedo entender […] Yo me doy por enterado de que no me he enterado. Que quede claro. España, año 2020. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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