jueves, 21 de febrero de 2019

Por fin comenzó

Todo llega en la vida, incluso los juicios, aunque parezca mentira. Y por fin llegó el día, comenzó el juicio, comenzó el proceso penal contra estos golpistas acusados por la comisión de delitos tan graves como los de rebelión y malversación, a los violadores de nuestra Constitución y nuestra democracia, según las acusaciones. Se está juzgando a aquellos que pretendieron forzar la legalidad dando un golpe de Estado desde Cataluña para romper España el 1-O de 2017, o eso por lo menos es lo que se lee y se oye. El jueves pasado, día de San Valentín, se pudo escuchar la declaración de Oriol Junqueras, ex-vicepresidente del Gobierno de la comunidad autónoma de Cataluña. Se le han podido escuchar (entre otras gilipolleces) cosas como: “Estoy convencido de que se me acusa por mis ideas y no por mis hechos, estoy en un juicio político y no voy a responder a las acusaciones. Me considero un preso político”. Nada nuevo bajo el sol español y casi lo que se esperaba que dijera este gobernante catalán. Pero a mí me surge una pregunta leyendo y oyendo esa declaración, ¿por qué no está entonces Torra también acusado?, porque cabe recordar, que Joaquín Torra tiene las mismas ideas políticas que toda esta chusma y sin embargo está libre. La respuesta a esa pregunta se podría fácilmente explicar diciendo que es porque Joaquín Torra se ha cuidado muy mucho de no traspasar la línea que hace pasar de la idea política a la comisión de un delito por acción o acto ilegal. Este comportamiento de Joaquín Torra es de cobarde, de traición a los suyos, pero no cabía esperar otra cosa de este personaje, que es marioneta de su mentor el Sr. Puigdemont huido, que a la vez dejó solos a sus compañeros de tropelía ante la justicia y sometidos a prisión preventiva para evitar su ejemplo, es decir, más fugas. Tengo que decir, como aclaración, que pese a la solicitud de un miembro de la defensa para expulsar a Vox del juicio como acusación popular no ha fructificado, que ha sido denegada por el tribunal. Sería ciertamente chocante que se hubiera concedido tal petición, por parte del tribunal, cuando fue Vox quien denunció ante los tribunales a los presuntos delincuentes independentistas. Pero cosas peores se han visto en los tribunales. Oriol ha negado cualquier delito en su actuación, como si fuera él el que hubiera de delimitarlo, y se ha presentado como un hombre de paz. Por supuesto, según él nada de lo que hemos hecho es delito. Nuestra voluntad ha sido, y sigue siendo, y seguirá siendo, la del diálogo. Cuando las palabras se deforman dejan de tener sentido y eso es lo que sucede al tener cualquier tipo de interlocución con los independentistas. Palabras como democracia, legalidad, dialogo,…, pierden su sentido y se pervierten con lo que sus mensajes resultan huecos, falsos, carentes de sentido y lógica alguna. Antes que independentistas, somos republicanos; antes que republicanos, somos demócratas; y antes que demócratas, somos buenas personas. En fin, vivir para ver. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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