martes, 11 de diciembre de 2018

Una trampa disfrazada

Llevo muchos años intentando averiguar para qué sirve la ONU. A fecha de hoy, todavía no lo sé. Me puedo imaginar que es un sitio en donde se defiende la unidad de las naciones unidas para que no haya conflictos entre países. Pero cuando veo las noticias y observo el panorama que hay, pienso que estoy equivocado, con lo cual no sé para qué sirve la ONU. Es una trampa disfrazada de humanismo. Raro es el día que no nos desayunamos con algún nuevo escándalo político. Desde las sociedades instrumentales creadas con la sana intención de evadir impuestos de una forma legal por parte de ministros varios, hasta la convocatoria de plazas de funcionario para asegurarse un sueldecito cuando al fin se vean obligados por la fuerza de los votos a salir del ámbito político, como es el caso de determinada concejal podemita del Ayuntamiento de Zaragoza. Todo ello, aderezado con un uso abusivo de falcons, helicópteros, y demás recursos públicos. A la lógica polvareda levantada por los temas citados, se suma la Campaña Andaluza, que ha copado la información en medios y RRSS los últimos días. Pero bajo esta revuelta superficie, discurren plácidamente proyectos que afectarán de un modo muy directo y con importantes repercusiones a nuestro modo de vida y de relacionarnos. Tal vez, y debido a su transcendencia, se silencian debidamente, o no se les da el necesario aire como para que puedan formar opinión. Uno de estos proyectos, tal vez el más importante de todos ellos, es el Pacto de la ONU para la Inmigración Segura, Ordenada y Regular. Este Pacto, será firmado por España, si nada lo impide, en una Cumbre que tendrá lugar en Marruecos los días 11 y 12 de diciembre próximos. El texto del mismo, no tiene desperdicio. Se trata ni más ni menos, de modo resumido, de incorporar la Inmigración al ya amplísimo abanico de Derechos Humanos existente, y una vez incorporado, eliminar todas las barreras que los países, en justa defensa de sus intereses establecen para su protección. Tengo mis dudas en que todos los países firmen eso, sobre todo sin son italianos o estado unidenses. El tema, es tan serio como aparenta. Este Pacto, convierte el acto migratorio, en una elección individual surgida de la necesidad. Una elección que es necesario acompañar, asegurar y perpetuar. Se dice por otra parte, que este Pacto, no es vinculante, pero todos sabemos cómo acaban, al menos en España las disposiciones no vinculantes. ¿O no?. Como ejemplo, ahí está la escandalosa excarcelación de terroristas fruto de una de esas resoluciones no vinculantes. Y así, tenemos ante nosotros un Pacto de la ONU, que va a firmar un Presidente legal pero sin la legitimidad que deberían dar las urnas y que va a comprometer seriamente desde nuestras ya muy limitadas libertades hasta las relaciones sociales, como ya hemos dicho. En fin. Todavía no sé para lo que sirve la ONU. Vaya tela. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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