martes, 26 de junio de 2012

Estoy enamorado, laus deo

Ya saben que laus deo significa alabado sea dios, con lo que el título del post resulta evidente. Pero más evidentes son las fotos de este par de tortolitos que han saltado a la palestra en casi todos los medios de comunicación. En ellas se ve a una mujer y a un hombre abrazándose mientras se bañan. En otra se ve a la mujer en bikini y a él en bañador detrás de ella. Hasta ahí todo normal. Lo anormal viene en que él pertenece a la Iglesia Católica y Apostólica.
El cargo que ocupa este hombre enamorado es de obispo en Argentina y que además fue responsable de Cáritas en Latinoamérica. El Vaticano lo está investigando por encontrarse en una actitud muy cariñosa con una mujer (como se ha descrito anteriormente) que además es empresaria argentina. Estas fotos fueron tomadas en un complejo hotelero de lujo mexicano, ojo al matiz un tanto sutil, complejo hotelero de lujo. Muchos se están preguntando de donde ha sacado el obispo la pasta para ir a ese lugar tan exclusivo. Seguro que de su sueldo no es, aunque nunca se sabe, aunque la investigación tira más hacia trapicheos varios entre el representante de la iglesia y la empresaria.
Como si no tuviera bastante el Inquisidor General, ahora con el oficio de Papa, el conocido como Benedicto XVI con lo que tiene con todo el jaleo de las filtraciones, con todo el jaleo del Banco Vaticano, que le tiene que aparecer otra almorrana, huy perdón, otra oveja descarriada que tienen que colocar otra vez en el buen camino del señor. Pero la carne es débil y si esa carne tiene pasta pues mejor que mejor, como es el caso. El obispo tonto del todo no es, y prefiere acercarse a una persona con pasta que a cuatro delincuentes de barrios marginales de la ciudad donde resida. Este pájaro se aplicará el dicho ese de que más vale meter a una persona por el buen camino, que no perder en el intento a cuatro, y de ahí las fotos. Seguramente sea la recompensa de la empresaria al obispo por enseñarle el camino del señor y de la Iglesia.
Todas estas cosillas desde el Vaticano no las ven, ya que ellos están ciegos con tanto oro, tanta plata, tanto poder y tan buen vivir que esas pequeñas acciones pues pasan desapercibidas en esos ámbitos. Pero eso al obispo este pillado abrazándose a esta empresaria le da igual, ya que el está completamente satisfecho de la labor de haber metido a esta mujer por el buen camino del señor, algo que seguramente sus superiores no habrán hecho en su vida gloriosa.
El amor tiene esas cosas, y cuando hay dinero por medio más, y eso es algo que no se puede remediar seas cura, seas obispo, seas albañil, seas lo que seas, porque con los sentimientos no se puede jugar. A lo mejor lo indecente es que siga siendo obispo y él mismo debería de haber colgado los hábitos y continuar con esa empresaria que parece que le ha asegurado la vida. Por otro lado y si eso no sucede, desde el Vaticano deberían de haberlo cesado y trasladarlo a una iglesia diócesis perdida de la mano de dios para que se desahogue y apague su fuego, ya que parece que está más caliente (el obispo me refiero) que el rabo un cazo. Pero ni una cosa ni otra. Lo dejarán pasar como otras tantas cosas, le pedirán una limosna a la nueva feligresa, un tirón de orejas para el obispo y luego aquí paz y allí gloria. Como siempre, como llevan haciendo desde sus orígenes, callar lo que les afecta y pregonar lo que no les interesa. Vivir para ver. “Laus deo”. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.

Wikio

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