domingo, 19 de diciembre de 2010

Se me aclararon las dudas

Lo que leí hace unos días en una revista dominical me dejó helado. Me dejó helado el relato tan conmovedor y tan valiente que hacía esta persona hacia la suerte que le había tocado vivir y que paradójicamente era la causante de la situación a donde había llegado. Un relato que contaba cómo se sentía y como iba a acabar en pocas horas con una vida que había vivido plena, pero que ahora se había convertido en una total ruina gracias a las enfermedades.
Lo que esta persona quería hacer simplemente era quitarse la vida, o como él lo llamaba reivindicar con su acto la eutanasia libre y en unas condiciones en las cuales el vivir se hace más insoportable que morir. Imagínense como tenía que sentirse esa persona para llegar a hacer lo que hizo.
Llamo a un periodista para que relatara los acontecimientos que se iban a producir en una habitación de un hotel de Madrid a las pocas horas de acabar la entrevista. Le conto con pelos y señales todos los movimientos que iba a hacer, como se preparaba el batido de pastillas que le iban a quitar la vida, incluso sabía cómo iba a acabar. “Te las tomas, te tumbas en la cama, cierras los ojos y ya no vuelves a abrirlos”. Para eso hay que ser valiente. Además dejó escrito una serie de cartas exculpando a la policía, al hotel y cualquier persona que tuviera relación con él de ayudarle a hacerlo. Lo hacía porque quería, sin más explicaciones que las necesarias y justas.
No ha tenido transcendencia la noticia. Es más importante lo que le pasa a la Esteban, lo que pasa en Gran Hermano, lo que pasa en Sálvame que esta cruda realidad. Este ejemplo es sólo la punta de un iceberg que nadie quiere mirar pero que si nos tocara la mala suerte algún día de tomar esa decisión miraríamos con otros ojos.
La entrevista completa y estremecedora la pueden encontrar ustedes en la revista El País Semanal, nº 1.784 con fecha 5 de Diciembre de 2010. Léanla si se atreven, y comprobaran que lo que hizo este hombre es descansar de una vez por todas y dejar en el aire el problema de si la eutanasia es necesaria o no. Cuando la lean, saquen sus propias conclusiones. Las mías ya las he sacado yo. Merece la pena. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.

Compártelo:

Bookmark and Share








No hay comentarios:

Publicar un comentario

Comentame que te parece