domingo, 19 de octubre de 2014

No son exclusivas

Irse de marcha, clubes, salas de fiesta y a saber que otras cosillas más que no nos cuentan, ya no es exclusivo de los sindicalistas (no se rían por dios, en España todavía existen estos parásitos sociales aunque ustedes no los vean ni por error televisivo). Hay también un ex ministro, un ex gerente del FMI y un ex presidente de una entidad bancaria (los tres son la misma persona) que también derrocha pasta que no es suya, (como no) en divertirse a lo grande. 
Esta noticia que me dejo patidefuá pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español, me la encontré en un periódico de tirada nacional mientras desayunaba en el bar de mi amigo Pacorro. La noticia en concreto decía así: “RODRIGO RATO GASTÓ EN UNA NOCHE 2.162€ CON LA TARJETA OPACA EN CLUBES, BARES Y SALAS DE FIESTA”. La verdad que no hay que explicar nada de este sinvergüenza. Sólo le puede salvar el hecho de haber devuelto una cantidad de dinero, que perdonen mi atrevimiento, dudo que sea toda la cantidad que robo, huy perdón por el desliz, que uso para divertirse no se sabe si solo rodeado de de más sinvergüenzas de su calaña. 
La verdad que hay que tener muy poca vergüenza o ser un golfo de mucho cuidado para gastar un dinero que no es tuyo en putas, en fiesta, en coca, como los sindicalistas y algo parecido pero sin coca (que sepamos por el momento) en un ex ministro de Hacienda como ha sido Rodrigo Rato. Seguramente pensaría que al ser eso, un ex ministro la justicia no iba a actuar. Pero se equivocó. Por ahora está imputado, que no es otra cosa que estar libre hasta que vaya a contarle al juez una milonga y éste lo deje en libertad para así ahorrarse el mal trago de que lo expulsen de la carrera judicial como a su colega Elpidio Silva por encerrar 2 veces al otro sinvergüenza de las tarjetas opacas, el conocido como Miguel Blesa, amigo personal del tiparraco del bigotes, conocido como Aznar, que a su vez también es amigo de Rodrigo Rato. Es decir, y para que lo entiendan, no va a pasarles nada a ninguno por la cuenta que le trae al juez. 
El juez que lleva el caso, tendrá que sopesar muy bien entre hacer justicia y cuidar su puesto de trabajo, y viendo anteriores episodios con algún colega y viendo el panorama laboral como está, pues ya me dirán ustedes, blanco y en botella. Y punto. Hará un poco el paripé para callar algunas bocas y santas pascuas y alegrías. Al cabo de 2 semanas nadie se acuerda de las tarjetas opacas, o incluso menos porque la chapuza del contagio del ébola ya está tapando este tema. 
Es lo que hay Maikel Naig. Una justicia de mierda, unos vividores que viven a costa de los de siempre, un dinero gastado en fiestas de alto estanding, un banco que se hunde gracias en parte a esas fiestas y unas tarjetas opacas repletas de pasta para gastar sin control, un ejecutivo que salva a ese banco con dinero público y unos miserables responsables de esa entidad libres como el viento. España pura y dura. No tengo más que decir. Espero que se me hay entendido claramente. Porca miseria. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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