lunes, 14 de octubre de 2019

El inglés de la Carcedo

Muchas veces los políticos que tenemos en este país, a menudo no están muy lejos de la pista de un circo, y lo demuestran cada vez que hablan en castellano, pero cuando lo hacen en otro idioma el cual no hablan, ni escriben ni por supuesto entienden, entonces están en la misma pista del circo a falta sólo de colocarse la nariz roja, porque hacer reír al respetable, se les da de escándalo. Pero para que ustedes sepan de qué lado masca la iguana, les voy a poner en situación, y además, si me permiten la discreta chulería, en el contexto adecuado para que ustedes entiendan la dimensión de lo que les voy a colocar en el post. Se lo pueden tomar como una chulería por mi parte como otra cualquiera. Ciudad, Lyon. Contexto, VI Cumbre sobre la malaria, el sida y la tuberculosis, donde el gobierno español ha comprometido 100M de € en tres años en inversiones para la lucha contra estas enfermedades. Lo gracioso del asunto, el inglés Ana Botella de la ministra de Sanidad María Luisa Carcedo, aunque los asistentes sí que la entendieron y aplaudieron cuando confirmó el pastizal que iba soltar el gobierno al Fondo Global contra esas enfermedades. Un vez más se demostró lo que tenemos en este país, analfabetos gobernando, mientras jóvenes muy válidos y mucho más preparados que todos estos representantes, tienen que irse fuera de España para poder vivir. Y se demostró cuando le toco leer un discurso en inglés ante una conferencia de expertos en enfermedades infecciosas. Pero no parece que el inglés sea la materia que domine. Recordó el famoso “relaxing cup” de Ana Botella. Pero eso sí, la mejor palabra que se le entendió y pronunció fue Sánchez, refiriéndose al actual presidente del gobierno en funciones. Lástima que la única palabra bien dicha y bien pronunciada sea esa, ya que la ministra y ya de rebote casi todo el pueblo español, quedamos a la altura del betún en idiomas, y seguro que más de un asistente se preguntaría cómo es posible que una ministra de un gobierno, no tenga ni la más remota idea del inglés, como tampoco más de uno comprendería el por qué sin saber inglés, el gobierno tiene la desfachatez de enviar a esa analfabeta lingüística. Como siempre pasa y cada vez que salimos al extranjero, tenemos que ir con la dosis de vergüenza añadida, comprobando que lo miran a uno con lástima, como súbdito de un país de fantoches, surrealista hasta el disparate. Y otra vez ha vuelto a pasar. Mandamos a casi lo peor, mandamos a hacer el ridículo a una ministra, en vez de mandar a cualquier prestigioso científico (aunque tenga que venir del extranjero) para defender en inglés esas inversiones. Pero no, tenemos que enviar a la Carcedo, que seguramente no sabía ni siquiera de lo que estaba hablando, y menos en el idioma inglés. Haciendo el ridículo como siempre. Menudo país. España, año 2019. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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