martes, 22 de octubre de 2019

Duro golpe

Tras varios meses de espera, la abogada general del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Juliane Kokott, ha rechazado la petición de los 800.000 trabajadores interinos de convertirse en indefinidos, aunque ha matizado según el caso. Con esta noticia me encontré la otra mañana mientras desayunaba en el bar de mi amigo Pacorro. Una noticia que me dejo patidefuá, pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. Esta abogada, ha publicado su informe de conclusiones en el que da la razón a los interinos que hayan sufrido abuso de temporalidad por parte de las Administraciones Públicas, esos que llevan años cubriendo plazas vacantes que no han salido a oposición. Pero les explico. Kokott no prohíbe que la justicia española declare, en el momento oportuno, que los interinos pasen a ser considerados trabajadores indefinidos. Sin embargo, rechaza que el Tribunal Europeo les convierta de forma automática en indefinidos como sanción contra la Administración por este abuso de poder. Es decir, que tiene que ser nuestra lenta justicia la que decida, y no cargarle el mochuelo a la justicia europea, que bastante tiene ya, y claro, aquí ya conocemos de qué lado masca la iguana con respecto a la interpretación de las leyes, según qué juez las interprete y como las interprete. Pero Juliane Kokott, seguí diciendo que “el uso abusivo de sucesivos nombramientos temporales por parte de una Administración Pública no se sanciona automáticamente con la transformación de la relación de servicio temporal en una relación de servicio fija". En definitiva, que mandan el pastelón a la justicia española. Si todos los interinos se convirtieran en fijos, asegura la abogada de la UE, tendría graves consecuencias para el acceso a la función pública en su conjunto, lo que pondría en cuestión el objetivo de los procesos de selección, cosa por otra parte en la que lleva razón, porque eso sería dar una plaza a personas que no se han molestado en estudiar ni en prepararse para esa plaza, aunque la profesionalidad y la experiencia del interino sea muchas veces mejor que la del funcionario de carrera. Así, y según explica Kokott, los afectados tendrán derecho a una indemnización económica, equivalente a la de un trabajador indefinido (33 días por año trabajado), además de una segunda indemnización por los daños causados, que no está nada mal viendo el panorama económico español. En fin, un jarro de agua fría para este montón de interinos que esperaban hacerse indefinidos por la antigüedad acumulada, y que como siempre pasa, tendrán que lidiar con la justicia española, para conseguir que se les reconozca sus derechos, si es que les corresponde ese derecho. Ahora hay que ir a las barricadas. En fin, vaya tela. España, año 2019. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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