Ser de izquierdas es ser el último de la fila (y saberlo), es el título de un libro, que está escrito por el líder político de ERC, el señor de las esposas, el señor de la impresora, el impresentable Gabriel Rufián.
"Frente a un tren que viaja rápido y confortablemente en avión, la izquierda siempre lo ha hecho caminando tras un arado. En avión se llega rápido, pero su rastro en el cielo es perecedero y no cambia nada. El arado tarda y cansa, pero su surco remueve la tierra para cambiarlo todo". Este era el fragmento escogido para ambientar un evento que reunía a Gabriel Rufián (autor del libro) y Juan Carlos Monedero (un vividor de pura cepa y ex dirigente de podemos por la gracia del dios Pablo Iglesias) en la librería Blanquerna con motivo de la presentación de ese libro, que tiene que ser vomitivo a más no poder. Es mi opinión personal, no me vayan a crucificar por ello, queridos blogueros.
En un ambiente distendido, conversando entre ellos y con ganas de entrar en materia, ambos han posado frente a la prensa allí agolpada antes de dar comienzo a un cruce dialéctico más propio de un debate que de una presentación editorial en algunos momentos. Tras agradecerse mutuamente la oportunidad y demás rituales de protocolo, ha dado comienzo una charla sobre historia, puntos de unión y de desunión, reproches mutuos (al menos lanzados al aire) y mucha actualidad.
Ya se pueden ustedes hacer cargo de la situación y del debate, que muchas veces fue más una conversación de besugos que otra cosa. Eso sí, a los que comulgan con estos dos, fue un debate divino de la muerte.
Ambos, entre compadreos y algún que otro achaque mutuo, han incidido en los problemas de la izquierda, que no son pocos. Si no te duelen las cosas, no eres de izquierdas, matizaba Monedero, a la par que Rufián cogía el guante y afirmaba que la derecha usa el miedo mientras que a la izquierda le queda el dolor. Lo típico en estas cosas ideológicas de estos dos.
El dirigente de ERC ha afirmado que las fuerzas progresistas deben conseguir filtrar ese dolor, hacer llegar a la ciudadanía las dolencias que sufren a diario y educarlos en la conciencia de clase, ya que la lucha de clases está más presente que nunca. El 15M es finito, la lucha de clases es eterna. ¿A qué clase de lucha se refiere?¿la que tiene él con el Estado opresor (según él) que le paga su sueldazo?¿o por la lucha que debería de tener para defender a todos los catalanes y no sólo a los de su lado?.
Y es que cuando se juntan dos pajaritos que cantan lo mismo, es muy fácil hacer debates, ya que uno le chupa el culo al otro y viceversa, ante la atenta mirada de los lacayos que sufren sus cosas, pero que les vota con los ojos cerrados. Es lo que tenemos y lo que mantenemos con nuestros impuestos, gentuza de esta calaña que sólo defiende lo suyo y no lo que representan. En fin, menudo asco. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.
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