ZPedro es un presidente singular. Una persona que cambia de discurso como de gallumbos. Ha pasado del no es no, al sí es sí en tan sólo 1 año. Y es que el poder tiene eso, que desde enfrente se ve la cosa de otra manera, pero cuando estás en el otro lado, la cosa cambia, con lo cual el discurso también.
La semana pasada, ZPedro, decidió hablar ante la prensa. Cosa inaudita, viniendo de este personaje callado para sus cosas, pero muy parlanchín para las ajenas. El muchacho, dijo lo siguiente: “O GOBIERNA EL PSOS, O GOBIERNA EL PSOE. NO HAY OTRA ALTERNATIVA”. Así, a pelo y sin avisarnos del cambio de discurso.
Esa frase lapidaria, la soltó después de que saliera como candidato designado por el Rey para intentar la investidura. ZPedro, abrirá la semana próxima una ronda de contactos formales con los líderes de Unidas Podemos, PP y Ciudadanos por ser las formaciones que obtuvieron, tras el PSOE, más respaldo en las generales del 28 de abril y, por tanto, por ser los partidos que tienen, en su opinión, una mayor responsabilidad a la hora de facilitar o bloquear la investidura.
Pero ZPedro no puede gobernar solo, lo tiene que hacer llegando a pactos con otros partidos, y viendo el devenir de este tipo, le vale cualquiera para llegar a conseguir su objetivo, que o es otro que gobernar, con quién sea y pese a quién pese. Y en esas estamos, ya que este hombre le gusta más el poder que a un piojo una cabellera.
ZPedro, en realidad, se quiere guardar todas las cartas. Para lo que pueda pasar. Ahora él, ya nominado por el Rey, asumirá todo el protagonismo, y es consciente de que tiene que aprovechar los errores de los contrarios, como hizo durante la campaña. Y ser cauto con sus declaraciones. De hecho, este jueves, compareció prácticamente a rastras.
Desde el martes su equipo en la Moncloa insistía en que no atendería a los medios tras recibir el encargo del monarca, que no hacía falta. Al final lo hizo, pasadas las 21:30, que fue cuando soltó esa frase lapidaria. Durante diez minutos de reloj, esquivando las pocas preguntas que permitió a los periodistas y sin entrar en ninguna concreción. Quería ahorrarse tal vez la acusación de escapismo ante los medios justo después de ser propuesto por Felipe VI, pero evitó cerrarse puertas. No es el momento.
En fin, sólo cabe esperar las decisiones, mejores o peores de este tipo para formar gobierno y poder empezar la legislatura para poder avanzar en algo, si es que eso es posible. No puede alargar mucho más el tema, aunque los ciudadanos de a pie están más preocupados por las vacaciones de verano, que están a la vuelta de la esquina, que ver que depara el futuro gobierno. Es lo que tenemos los españoles, que nos pasamos a toda esta chusma por el arco del triunfo, ya que es la única manera de poder vivir tranquilos y sin estrés. En fin. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida.
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