martes, 11 de junio de 2019

Ere con treta

Tras las elecciones generales del pasado 28A el Partido Popular sabría que llegaría este día. Y ya está aquí. Los catastróficos resultados de Pablo Casado han provocado un agujero de proporciones bíblicas en las arcas de la formación, hasta el punto de confabularse con la hipotética venta de su sede, Génova 13. Los populares estaban abocados a perpetrar un ERE, aligerar su estructura para no caer en bancarrota. Y los despidos ya han comenzado. Al menos seis trabajadores, dos del Congreso y cuatro del Senado, han recibido por carta el anuncio de su despido. Unas destituciones que se han ejecutado no exentas de polémica. Los trabajadores afectados (que se sepa hasta el momento, aunque podría haber más) tenían contrato fijo y más de 30 años de antigüedad a sus espaldas, condición que no ha impedido que el PP les haya trasladado al Grupo Parlamentario en excedencia forzosa. Al menos, tuvieron el detalle de informarles de que se les reserva la plaza, categoría, nivel, trienios y demás derechos. Pero no hay sopa Hispana sin pelo dentro, y el PP les ha comunicado que han pasado a ser eventuales y les ha despedido con 12 días de indemnización por año trabajado y limitando a cuatro años su antigüedad (duración de una legislatura), rebajando así la cuantía del finiquito que entre los seis ascendería a casi un millón. Con esta maniobra les abonará 37.000€ (entre todos). El ahorro es del 96,5%. Y como colofón para sellar un proceso de dudosa legalidad, el partido ha pedido a los ujieres del Congreso de los Diputados que no les deje entrar en la cámara. Pero, ¿cómo es posible que el PP se encuentre casi en bancarrota?, pues muy sencillo, porque por cada escaño conseguido en Congreso o Senado, los partidos se llevan 21.167,64€. Los 66 diputados, sumados a los 56 senadores, dan un total de 122 sillones; que multiplicados por la cifra mentada arrojan un montante de 2.582.452,08€. A estos poco más de dos millones y medio habría que sumarle los 3.418.021,8€ que, según los cálculos, les correspondería por los votos obtenidos. Sobre los senadores, se aplica el mismo cálculo que sobre los votos. Solo cuentan las papeletas de los senadores consiguen sillón en la Cámara Alta. La subvención por senadores ascendería a 1.705.146,24€. Pero hay dos cifras aún por determinar que arrojarían mayor certeza sobre las proporciones reales del agujero del PP en sus cuentas. Se desconoce qué cantidad ingresará por el envío de propaganda electoral y, más relevante si cabe, no han informado públicamente cuánto dinero han gastado durante la campaña electoral. El PSOE fue quien más gastó, con 14.500.00 €, lejos de los 19.300.000€ que Mariano Rajoy invirtió en 2015. En fin, ahora se explican ustedes porque la sanidad está como está, porque las carreteras están como están y porque no hay dinero para cosas básicas. Es sólo cuestión de números. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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