miércoles, 5 de junio de 2019

Alucino con Sánchez Gordillo

Juro a ustedes por el cetro del dios Pichimichi que lo que voy a contar es cierto. Aunque comprendería que dudasen, porque en un país normal, algo así sería imposible. Pero recuerden que éste no es un país normal, sino España, un lugar donde todo disparate, por gordo que sea, tiene su asiento, y donde por poner un ejemplo clásico, una ardilla podría cruzar la Península saltando de gilipollas en gilipollas sin tocar el suelo. Les recuerdo, que ni París ni Roma, para su envidia cochina, son capitales de nuestra deliciosa España plural, donde la violencia particular, la política e incluso la sindical, gozan de impunidad casi absoluta. Pero cualquier ejercicio de autoridad legítima se considera acto de represión totalitaria filo fascista. Les digo todo lo anterior, porque los otros días, estaba en casa tirado en el sofá, viendo un telediario cualquiera, cuando oí esta noticia: “LAS AMENAZAS DEL COMUNISTA SÁNCHEZ GORDILLO A LOS QUE NO LES HAN VOTADO”, bla, bla, bla, seguida de un vídeo, con el cual aluciné en colores, y me dejó patidefuá pese al escaso margen de sorpresa que a uno le deja ser súbdito español. Y aquí, en este punto y si me permiten la discreta chulería, encendí el ordenata portátil y consulté, goteante el colmillo ese comentario que me dejó a cuadros. Resulta que el comunista Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de la localidad sevillana de Marinaleda desde hace unos 40 años (desde 1979), esta vez ha conseguido mantener la alcaldía por muy pocos votos, 44 concretamente. Algo que ha enfadado mucho a este extremista de izquierdas que se permitía el lujo de amenazar a los que no le habían votado en estas pasadas elecciones del domingo. En un discurso en la misma noche electoral, amenazaba como cualquier mafioso de los años 20, a los ciudadanos que según él no les habían votado. Que se atengan a las consecuencias, decía con el micrófono delante, ¡Vamos a ser duros!, continuaba con su verborrea, y para colmo añadía que ¡Aquella gente que da la cara por este proyecto va a tener recompensa! ¡Y el que no dé la cara no va a tener recompensa, va a ser destinado a las tinieblas si hace falta!. Con dos cojones. Claro, una vez espabilado de la sorpresa, me pregunté cómo coño sabe este personaje, el Roobin Hood de Marinaleda (acuérdense que roba en el supermercados), quién le ha votado y quién no, para así repartir recompensas o mandarlos a los infiernos. Una actitud muy demócrata de un comunista. Y es que en la persona de este sinvergüenza se demuestra que un comunista jamás puede ser demócrata, porque no respetan lo que dicen la gente a través de las urnas. Lo que yo no llego a entender es como la ley de partidos, tiene algún punto para estas cosas, para esas amenazas a los votantes, y si no lo tiene, ya tardan en colocarlo, porque esto no se puede consentir, aunque parece ser que sí. Con esto, se demuestra que un comunista jamás puede ser demócrata, porque no respetan lo que dicen la gente a través de las urnas. Busquen el vídeo, lo van a flipar. En fin. Mientras aquí estoy, viendo pasar la vida. 

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